Toge Inumaki

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Antes de leer esto, debes tener en cuenta lo siguiente:

εïз) Toge x lectora.

εïз)Este escenario está situado poco después de los juegos entre las dos escuelas de hechiceros. No tiene mucho spoiler, pero es preferible leer primero el manga.

εïз)Escenario pedido por StrawberryCake777 y hecho en agradecimiento por su apoyo.

εïз)No tiene +18.

εïз)Gracias por todo su apoyo. 

εïз)¡Espero que les guste mucho!

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Alzó la mirada y al fin se dio cuenta, el medio día había sido atrapado por un cielo gris, como si este supiera lo que acaba de sucederle a los estudiantes de hechicería de Tokio y Kioto

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Alzó la mirada y al fin se dio cuenta, el medio día había sido atrapado por un cielo gris, como si este supiera lo que acaba de sucederle a los estudiantes de hechicería de Tokio y Kioto.

Las malas noticias siempre viajan rápido, le decían y ese día pudo confirmarlo de sobra.

¿Todo el tiempo estuvo así? Se lo preguntó, sintiendo que los árboles que estaban a su alrededor estaban formando uan celda que no le permitiría escapar. Temía a que fuera verdad, a que ahora la naturaleza quisiera evitar el encuentro de dos almas enamoradas; quería verlo, con ese rostro gentil e inocente.

Tras el ataque que recibieron y los daños acogidos, Toge tomó su celular para enviarle un mensaje y hacerle saber lo sucedido. La había citado en las cercanías de las instalaciones, en un lugar seguro y dentro de una barrera. De tal forma la jovencita de cabellos alborotados por la carrera que tomó para llegar, estuviera segura.

Ella más o menos tenía un conocimiento sobre el trabajo de Inumaki como hechicero. Toda una vida juntos, descubriendo sus sentimientos y participandolos, era suficiente para conocerse muy bien.

Se acomodó los cabellos alborotados. Intentó guardar la calma y por quinta vez revisó la hora en su celular. Se lo guardó en el bolsillo, anteriormente ya había visto su reflejo en él y además de esas líneas de facción que expresaban preocupación, encontró su sutil maquillaje casi intacto.

—Arroz...

La jovencita dio un sutil giro por sobre sus pies y al inicio de las escaleras que llevaban al templo que estaba a sus espaldas, se encontró por fin con la figura de su novio. Con solo verlo podía sentirse el dolor que suponía estar de pie; corrió en su dirección con tal rapidez que tenía miedo a que esa imagen se volviera negra y desapareciera.

—¡Toge! —dijo ella, con la garganta seca. Temerosa lo atrapó entre sus brazos.

Ambos jóvenes tenían la misma edad, pero por suerte, ella era un poco más alta, al menos por unos tres o cuatro centímetros.

El de cabello cenizo correspondió a la caricia posando con cuidado y timidez sus manos por sobre las caderas de la chica, quien pronto tomó una corta distancia y se dedicó a revisarlo con la mirada.

—Vine corriendo en cuanto me fue posible —le dijo, sabiendo de sobra que el vocabulario del joven era corto con la misma intención de protegerla. El silencio del chico podía ser entendido por ella—. ¿Estás bien? ¿Tan mal quedaste? ¿Quieres que te ayude en algo? Solo dímelo.

Tantas preguntas, tanto que ella quería saber. Mentalmente se tranquilizó, sabía que Toge no podía responder a todas y que más tarde tendría que hablar con Maki. Mientras tanto, se dedicó a tomar al joven por la mejilla, quería que supiera que no estaba solo y que de ahora en adelante haría lo posible por cuidarlo.

Si tan solo pudiera ser tan fuerte como él. Se reprochó internamente; sabía lo que sucedía cuando Toge abusaba de su técnica y estaba segura que eso hizo. El dolor en su rostro se lo gritaba con locura.

Era molesto, quería hacerle lo mismo a aquel que hizo sufrir a su novio.

De repente levantó la mirada, y se encontró en el rostro de Toge un brillo hermoso en sus ojos. Sus cortos labios formaron una sonrisa y esa expresión de indiferencia fue reemplazada por una que le decía al corazón; estoy bien.

Ella respondió con una sonrisa pequeña. Él era fuerte, se había dejado llevar por la preocupación.

—Me preocupaste —dijo ella, ahora más calmada y con ese tono amaroso que tanto adoraba Toge—. Lo sabes ¿cierto?

—Salmón —y entonces él asintió.

Quería decirle cuán dichoso se sentía por tenerla a su lado. Los segundos eternos que pasó y sufrió en esa pelea pensando en ella; no quería morir y abandonarla.

Pero, por ahora, tuvo que conformarse con evocar esa expresión traviesa en su rostro inocente, atraparla por su mentón y darle una sonrisa tan hermosa como sus emociones.

Juntaron sus labios y la última imagen que ella tuvo, antes de dejarse llevar y disfrutas de los labios del joven, fue ese rostro que le despertaba mil y una emociones.

Juntaron sus labios y la última imagen que ella tuvo, antes de dejarse llevar y disfrutas de los labios del joven, fue ese rostro que le despertaba mil y una emociones

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Una maldición romántica ━ Jujutsu kaisen escenariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora