Cartas de amor

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...

Neela sólo tragó saliva y fijó la vista en la mujer al lado de Tom, y Agra al sentirla fue en seguida a abrazarla.

—Me da gusto que estés aquí, pero no entiendo por qué dejaste a Tom en la estación— su nieta la miró sería, tomó su mano y la llevó a la cocina, cerrando la puerta detrás de ellas —¿Qué pasa?.

—Abuela, deja de fingir— respondió apoyándose en el borde de la mesa, cruzandose de brazos observando a su abuela poner los ojos en blanco al sentirse descubierta —Adivino al decir que fuiste tú quien le envió la carta para que viniera. Sabías que Tom y yo no estamos bien ¿Por qué lo invitaste?.

—Que seas como yo me enorgullece la mayoría del tiempo, pero olvido que también es un problema— dijo suspirando infantilmente, formando una falsa sonrisa apenada —Quiero que se arreglen las cosas entre ustedes, ya que fui yo quien causó los conflictos en primer lugar.

—¿De qué hablas?— preguntó confundida, y al abrir la boca para hablar, se calló, suspirando.

—Si Tom no te dijo nada, fue porque yo se lo pedí, si trató de hacer algo con la Diadema, fue porque yo se lo indiqué, nada de ésto es su culpa.

—¿Por qué?¿Por qué harías algo con la Diadema?¿Qué fue lo que hiciste y por qué?— preguntó sin entender los motivos de su abuela o siquiera lo que había hecho.

—Sucedió hace siglos atrás, Neela, un tanto difícil de comprender pero las cartas en tu mochila que traduciste podrían ayudarte— Bloom la miró sorprendida —Tu madre y yo iremos a comprar unos adornos al Callejón Diagon, tendrás el tiempo suficiente de leerlas y quizá entender, si tienes preguntas, Tom estará en la sala.

Ambas salieron, pero Neela aún estaba atónita, miró al pelinegro por unos pequeños segundos antes de mirar a su madre.

—Volveremos a tiempo para la cena, lo prometo— le dijo depositando un beso en su frente, acariciando con cariño su mejilla mientras le sonreía —Pórtense bien, son lo suficientemente maduros como para quedarse solos en casa— miró al elfo haciendo un leve movimiento de cabeza, para que después los tres salieran por la puerta.

—Neela, yo...

—Estaré en mi cuarto, por si me necesitas— lo interrumpió tomando su baúl y mochila, subiendo las escaleras y cerrando la puerta al entrar a su habitación, que estaba tan cuidada como siempre.

Colocó su mochila en la mesa y rápidamente sacó las cartas, acomodandolas en orden cronológico como había hecho antes, llegando hasta el 30 de septiembre de 1344. Tomó el sobre de la carta original, y luego el que había traducido, logrando leer.

'De: Meribeth
Para: Nick'

Tomó la carta correspondiente y empezó a leerla, era tan larga que sólo el verla le cansaba los ojos. Pero después de románticos versos y palabras dulces, entendió que la carta era de parte de Meribeth, una bruja Escocesa, que le expresaba a ese tal "Nick" sus ganas por verlo, y poder contarle lo que quería saber.

Tomó la siguiente, que fue enviada en respuesta dos semanas después, supuso que fue debido a que la lechuza debía descansar.

Esta igualmente contenía poemas de amor y lindos halagos, pero lo importante para Neela era que ésta contenía la fecha y el lugar donde se verían, que sería en París, Francia, donde él vivía.

La tercera y cuarta fueron sólo de coqueteo, pero la quinta y sexta trataban acerca de conseguir los medios para encontrarse en las vacaciones de Navidad y poder hablar.

Enamorada De Tom Riddle [Tom Riddle y Tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora