Andén 9 ¾

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...

A Joan no le gustaban mucho los libros, para ella leerlos era aburrido, era el conocimiento lo que le interesaba.

Quería saber de todo, pociones, encantamientos, transfiguración, vuelo en escoba, cuidado de criaturas mágicas, en fin, todo lo que estuviera a su alcance.

Después de tener todos los libros para Hogwarts, decidió echar un vistazo a los otros y se encontró con uno que llamó mucho su atención 'Las artes oscuras: la tentación y sufrimiento yacen dentro' éste cautivó a Joan de repente y trató de alcanzarlo pero no pudo, era muy baja para llegar a esa estantería.

Hasta que una mano que salió detrás de ella agarró el libro, Ella incrédula pensó que le estaba haciendo favor de darle el libro, pero se dio cuenta que no era así cuando aquel muchacho siguió de largo.

Miró la estantería y se dio cuenta que era el último libro, furiosa se dirigió hasta aquel jovencito de pelo negro

—Ese es mi libro, ¡devuélvemelo! — gritó la niña furiosa porque le hubiera arrebatado algo tan descaradamente. El niño inspeccionó el libro detenidamente

—Yo no veo tu nombre en el— contestó sarcásticamente— Si me disculpas, tengo que pagar mi libro— dijo poniendo precisión en la palabra mi y al pasar junto a la encorajada pasó golpeandola a propósito con el hombro.

Fue entonces que Joan vio una profunda niebla oscura que cubría todo su campo de visión, y un barrio muggle solitario.

—¡De seguro eres un descarado sangre sucia!... Te hace falta respetar a tus superiores— jamás antes había discriminado a los muggles o nacidos de estos, pero en serio estaba cabreada.

El muchacho se volteó lentamente viendo con mirada asesina a la pequeña y se colocó frente a ella provocando una sombra que la cubría completamente

—Jamás me compares con esos inservibles— Al parecer no es muggle ni nacido de estos, <ups> pensó ella, pero no pensaba dejarse intimidar por aquel molesto niño que se hacía creer sangre pura.

Mantuvieron un firme duelo de miradas durante algunos minutos hasta que él se alejó con una sonrisa de desdén.

—Orion Black, un gusto— se presentó viendo que la niña era "digna" de conocer, pero ella, siendo una Malfoy, no sé lo haría tan fácil.

Le miró de arriba a abajo inspeccionandolo, y observó su mano con disgusto, pero acabó aceptandola.

—Elladora Malfoy, sé que es un gusto— contestó ella orgullosa con media sonrisa— Hasta nunca— terminó con la conversación y se fue al mostrador para pagar por sus cosas.

Al salir de la tienda, verificando que todos sus libros estuvieran en orden se chocó con alguien e hizo caer uno de sus libros al lodo, Joan se disculpó y rápidamente sacó el libro del lodo.

—Cómo lo siento, estaba distraída, fue mi error— se encontró con los ojos negros de una niño— Dime que no eres otro Black— rogó mientras sostenía con asco aquel libro

—Ya quisieran, soy Lestrange, Rabastan Lestrange, y ese es mi libro— dijo apuntando hacia el objeto bañado en lodo

—Oh sí, deja que lo arregle...— sacó su varita y apuntó hacia el libro— Tergeo— dijo claramente y la varita se encargó de absorber el líquido barro—Aquí está, como nuevo— lo sacudió un par de veces y se lo extendió a su dueño

—... Gracias, ¿tú eres?— preguntó con la intención oculta de descubrir a quién le estaba hablando (sangre pura, mestiza o sangre sucia)

—Soy Elladora Malfoy— contestó sonriente— bueno, nos vemos luego Lestrange— se despidió y se fue al caldero chorreante como había quedado con su hermano

Enamorada De Tom Riddle [Tom Riddle y Tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora