Verano

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...

Después de su llegada nuevamente al colegio, las cosas siguieron lo más normal posible, y apesar de que Dumbledore había decidido olvidar lo ocurrido, Neela se seguía colorando completamente cuando lo veía y lo evitaba siempre que podía.

Algunas veces se reunía con Eric para ayudarlo a estudiar en la biblioteca o simplemente para hablar. Tom y ella seguían escabullendose a la sala de menesteres después de las rondas cada noche, y al parecer nadie se daba cuenta de ésto.

Pasaron los meses hasta que, antes de que pudiera notarlo, el curso ya había acabado y estaba con la mirada triste y fija en el suelo esperando por el tren en la estación, ya que Eric volvería a Francia para continuar con sus estudios en Beauxbatons.

—Hey, seguiremos intercambiando cartas ¿Verdad?— dijo el castaño, tratando de animar a su amiga, colorandose cuando vio llegar a Tom.

—Nunca me han gustado las despedidas— le respondió limpiandose una lágrima que se escurría por su mejilla, y antes de que Eric pudiera balbucear una respuesta lo abrazó por el cuello.

Él, sorprendido, le devolvió el abrazo escuchando como su amiga sollozaba en su hombro mientras se agachaba para poder abrazarlo (debido a la diferencia de edad, Eric era unos centímetros más bajo que ella).

—También te voy a extrañar— agregó mientras Neela se separaba de él, roja por las lágrimas y con los labios temblorosos —Me alegro de haberte despertado ese día cerca de las cocinas, he vivido lo que jamás creí que podría vivir.

Neela soltó una risa amarga, pasando su brazo por la espalda de Tom en un abrazo mientras aún observaba a Eric con lágrimas en el rostro, cuando de repente un carruaje dirigido por pegasos se posó en un lugar despejado del bosque, de donde salió una mujer joven y muy (muy) alta.

—Ya llegaron por mí— le dijo a su amiga y mientras se alejaba le gritó —¡Te escribiré siempre que pueda, lo prometo...!— hasta que su voz se dejó de escuchar por la altura y distancia, el tren llegó y Tom tomó ambos baúles ya que Neela se secaba las lágrimas con el pañuelo que él le había dado.

—No voy a mentir, me alegra que ese niño se haya ido— soltó una vez dentro del compartimento, sacando un libro e ignorando su mirada de enojo.

—¡Tom...!— pero antes de que pudiera decir algo más la puerta del compartimento se abrió dejando pasar a un rubio, un castaño y un pelinegro.

—Creímos escuchar tu dulce voz— le dijo Abraxas mientras se sentaba junto a Tom y le arrebataba el libro de las manos —"Los secretos de las artes más oscuras"— leyó con tono burlón, sin darle importancia a la mirada asesina de Riddle.

—Qué tétrico— añadió Orión con burla, sentándose junto a Neela y guiñandole un ojo, logrando hacer enfadar aún más a Tom.

—¿Cuáles son sus planes para el verano?— preguntó Rabastan tratando de rebajar la tensión del ambiente, como siempre, pero los demás chicos lo ignoraron.

—Tom y yo iremos a India— le respondió Neela, que al parecer era la única que le estaba prestando atención, los tres abrieron la boca para decir algo pero Tom se apresuró a decir.

SOLOS— los tres muchachos cerraron la boca inmediatamente, y miró a Neela seriamente por haberles dicho donde iban ese verano.

—Oh, Tommy, un poco de compañía no te hará daño, sabes, muy en el fondo de ti— tocó su pecho justo donde el corazón se encontraba haciéndolo soltar un gruñido —Que nos necesitas, no puedes vivir sin nosotros ¿Verdad chicos?.

Los tres negaron con una brillante sonrisa de complicidad, Neela notó como una vena se empezaba a marcar en el cuello de Tom por el enojo, así que antes de que alguien acabara siendo lanzado por la ventana del tren, carraspeó para llamar su atención.

Enamorada De Tom Riddle [Tom Riddle y Tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora