El tío Bloom

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"Especial de Navidad" atrasado (mucho)

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Pero sin importar los pensamientos tan profundos que ocuparan el espacio en su mente, éstos se fueron cuando Tom llevó sus manos a una parte más baja de su cintura, acariciando con su dedo gordo la ropa encima de su piel.

Por su parte, Neela hizo ademán de pararse del piso ya que sus rodillas le empezaban a doler, ésto fue un intento en vano debido a que el pelinegro apretó su agarre, impidiéndole que se parara de su lugar, causándole una sonrisa al ver cuales eran sus intenciones, notando el bulto que sobresalía en su entrepierna.

—Mi madre... y abuela... llegarán en... cualquier momento— dijo entre los breves espacios de su beso con Tom, quien ahora tenía las manos colocadas en sus nalgas por encima de su pantalón.

—Lo hicimos en un tren...— repuso besando su mejilla —Casi lo hacemos en la biblioteca...— ahora depositó un beso en su cuello, causándole un escalofrío por todo el cuerpo, apretando su agarre a los rizos del pelinegro —Creí que la adrenalina era lo tuyo.

Neela rió negando, llevando sus manos hasta sus hombros para empujarlo al respaldo del sillón, parándose del suelo para después dirigirse a la chimienea, cubriendo con una tela negra el recuadro que tenía pintados a los 3 miembros de la casa, colocándose de nuevo frente a Tom, quien de verdad creyó que lo dejaría con las ganas.

—Sí que lo es— le respondió quitándose el suéter, para después sentarse a horcajadas sobre él mientras lo besaba, haciendo que la sonrisa que se había ido por sus ideas erróneas regresara, colocando sus manos en la espalda de la rubia.

Esa es mi chica mala—  susurró en su oído, volviendo a donde se quedó para depositar más besos en su cuello, siguiendo hasta su hombro, succionando levemente su piel para dejar marca, su marca.

Y el cosquilleo que aquella acción causaba la hacía apretar sus muslos y que éstos chocaran con los de Tom, haciendo que el bulto en su entrepierna sólo se elevara más.

—Estás jugando con fuego— le dijo cuando Neela se quitó la blusa, sólo quedando con su brasier. La rubia sonrió ahora desabotonando la camisa de Riddle, y cuando el último botón fue desabotonado, miró el perfecto torso de Tom mientras se mordía el labio, logrando avivar la flama dentro de éste —Y te vas a quemar.

La tomó por la cintura y la elevó en el aire el tiempo suficiente para invertir posiciones, siendo ahora Riddle quien estaba de rodillas mientras Neela era la que se encontraba sentada en el sillón.

Con gran agilidad y facilidad, Tom se deshizo del pantalón de la rubia y se quitó la desabotonada camisa, atrayendola por el cuello, aún con las piernas de Neela rodeando su cintura, volviendo a besarla mientras con sus manos recorría su espalda desnuda, sintiendo como ella le quitaba el cinturón y bajaba la cremallera de su pantalón.

Sólo hizo falta un breve minuto para que el pelinegro se deshiciera completamente de ésta prenda y la recostara en el sillón, colocándose justo encima de ella, dibujando su pierna con su mano mientras la besaba, disfrutando hasta el más mínimo contacto de su piel contra la de ella, haciéndola soltar un jadeo cuando sus partes íntimas rozaron.

Te amo, Neela— soltó en un gemido mientras sus cuerpos se unían, y debido al placer que generaba ésta acción, la rubia apretó sus muslos para que se adentrara más, mordiendo su labio para retener sus jadeos mientras el pelinegro se movía de una manera tan lenta y sexy que sólo la dejaban con ganas de más, mucho más.

Tom...— respondió sin poder evitarlo, arañando con las yemas de sus dedos la espalda de Riddle —Te amo más.

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Enamorada De Tom Riddle [Tom Riddle y Tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora