Visita sorpresa

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...

—¿Moriré?— preguntó Neela aún estando entre los brazos de Dumbledore, quien palmeaba su espalda gentilmente, soltando un suspiro cuando escuchó la pregunta.

—Todos algún día lo harán, pero por lo que acabas de descubrir, entiendo que tengas miedo...

—Miedo no profesor, sólo estoy preocupada, y no por mí, sino por Tom, Abraxas, Rabastan, Mía, Lea, Hagrid, Penélope y Eric. Es decir, son mis amigos y no quiero ser la causante de su tristeza— interrumpió decaída, separándose del mago mientras se dirigía a los libros que había tirado hace un rato para levantarlos.

—Nadie puede escapar de su destino Neela, y aunque sé que tú no escogiste éste tipo de vida, tienes que aprender a vivir con eso.

—¿Con la idea de que puedo morir en cualquier momento gracias a lo que soy?— repuso irónica, depositando los libros en su lugar, encontrándose frente a frente con Dumbledore cuando se paró —Profesor, cuando me adentré en su recuerdo, mencionó al señor Scamander como uno de los participantes en el suceso. Pero cuando nos vimos en el club del profesor Slughorn, no parecía conocerme.

—Bueno, no lo puedes culpar por no reconocer a la bebé que vio tantos años atrás— Neela miró al profesor seriamente, esperando la verdadera respuesta —Después de que todo estuviera hecho, los involucrados fueron sometidos a una modificación de memoria realizada por tu abuela, quien se ofreció amablemente.

—También mencionó a los padres de mi madre, no sólo a mi abuela. Eso quiere decir que...

—Conozco a tu abuelo, y muy bien diría yo. Pero no— dijo antes que nada interrumpiendola —No puedo decirte de quién se trata, se lo prometí a tu abuela, y para mí una promesa es como un juramento inquebrantable, así que no puedo darte la respuesta que buscas.

—Más sin embargo puede responderme ésto ¿Mi madre sabe quién es?— Dumbledore formó una mueca, asintió pero después negó —¿Eso qué significa?— volvió a preguntar.

—No soy la persona indicada para contarte la historia de tu familia, Neela. Tú sabes quién lo haría mejor que yo— respondió mientras se acercaba a Fawkes y acariciaba su pequeña cabecita.

—P-Pero... Mi madre me prohibió hablar con ella.

—Ambos sabemos que prohibirte algo no sirve de nada— la rubia suspiró, formó una mueca, con una duda más en mente.

—El que mis padres se fueran a África para romper la maldición que mi madre y yo compartimos ¿Tuvo que ver con esto?— preguntó refiriéndose a su condición como la llave de la paz para el mundo mágico.

—Nunca les agradó la idea de que su hija fuera tratada como un arma de doble filo. En su momento cedieron ya que la guerra que vivíamos en aquellos tiempos no parecía tener un final cercano, y les preocupaba tu seguridad al ser hija de el lado opuesto de la batalla. Pero después de siete años tranquilos, creyeron que no habría nada más en lo que pudieras ayudarle a tu gente, y se embarcaron en la misión de descubrir cómo separar al obscurus de tu cuerpo. Claro que, cuando el ministerio se enteró de ésto, gracias a una fuente externa, fueron tras ellos inmediatamente, ya que no nos conviene a nosotros los magos quedarnos sin nuestra "arma secreta" de lo que está por venir.

Neela sonrió con ironía, más bien formando una mueca, sintiendo como sus ojos se ponían vidriosos —De alguna manera...— empezó con la voz quebrada tomando un segundo para respirar y tratar de disminuir el profundo nudo que se había formado en su estómago —Siempre supe que yo era la razón de sus desgracias— terminó con una lágrima escurriendo por su mejilla, la cual limpió rápidamente antes de despedirse del profesor de Transformaciones, saliendo antes de que él pudiera decir algo, dejando en la oficina también a Tanatos.

Enamorada De Tom Riddle [Tom Riddle y Tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora