Las Reliquias de la Muerte

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...

Al terminar de leer el libro miró a Tom, que seguía inmerso en su lectura. Pensó y pensó sin parar de hacerlo tratando de encontrar una solución al cómo podría tomar el libro sin que él se enojara, y sin pensarlo salió de su boca descuidadamente.

—¿Qué piensas del amor?— la mirada de Tom se congeló en la palabra que leía, sin creer que en realidad le hubiera preguntado eso y Elle estaba igual. Aprovechando la sorpresa de Riddle desvió la mirada incómoda.

Se paró y empezó a deambular entre las estanterías, leyendo rápidamente los títulos de los viejos y polvosos libros inspeccionando si podrían ser de utilidad para Tom y para ella. Sin saber qué más hacer para evitar el silencio incómodo iba a empezar a hablar pero fue interrumpida por él.

—El amor, Jonathan. Es una debilidad, es mortal, es doloroso cual cuchillo, venenoso y un arma de doble filo— avergonzada bajó la mirada siendo consciente de que Riddle no la veía— Los mejores magos fueron víctimas de él y mira cómo terminaron, Merlín, Slytherin... mi madre— en ese momento se lamentó el haberle contado acerca de Merlín ya que le había dado excusas para defenderse.

Un poco herida por la respuesta de Tom, cerró buscamente el libro que tenía en manos rascando su mano inconforme y defraudada, cuando escuchó a Tom proseguir— Estoy agradecido de que he podido evitarlo a toda costa y no ser víctima de un "corazón roto". Sólo la gente ingenua es tan débil como para no resistirse al amor.

En una mezcla de enojada y triste, colocó el libro de donde lo agarró, sacó su libreta de dibujos llegando a una página en concreto arrancandola y depositandola con un manotazo frente a él— Tienes razón Tom, es doloroso cual cuchillo— salió cerrando la puerta causando un gran ruido en toda la biblioteca.

Dejando a Tom sin entender lo que había hecho o dicho mal, observó el dibujo que tenía enfrente (que era el que Potter le había visto a Dora haciéndola colorar), era él recargado en una repisa con sus facciones bien definidas y bien expresado su atractivo.

Al llegar a un pasillo solitario no pudo evitar soltar su ira golpeando con fuerza una de las paredes, provocando un crujido en sus nudillos y haciéndola soltar un quejido tallado la zona afectada. Llevó sus manos a su cara, culpandose por haber sido tan ingenua como para creer que podría enamorar a alguien que no puede amar.

Suspiró pesadamente empezando a andar hasta la sala común, procurando llegar antes que Tom para evitar algún momento incómodo o explicaciones vergonzosas. Se recostó en su cama sin poder dormir, pasó varios minutos solamente admirando el techo del cuarto convenciéndose de que la culpa no era de Tom, ya que él ni siquiera estaba consciente de los sentimientos nacientes de la rubia.

Tomó la libreta que contenía sus dibujos del cajón de la mesita de noche, llegando a hojas previas de la que fue arrancada. Miró con melancolía aquel dibujo, paseando sus dedos alrededor con cuidado de no correr el carboncillo, era el Tom pequeño que ella había conocido y que le gustaba considerar su mejor amigo (a diferencia de cómo ahora él la veía a ella).

Te extraño— susurró por lo bajo, apretando contra ella el dibujo que años atrás había hecho.

Flashback...

—¿Y tú, qué quieres hacer de grande Tom?— preguntó Neela mientras jugaban con la arena en el arenero del parque, esperando a sus padres.

—Salir de aquí— contestó él en tono monótono perdiendo su vista en el castillo de arena que su amiga había logrado construir.

—Me parece interesante— susurró distraída mientras agregaba unos detalles más a su obra—Mira.

Enamorada De Tom Riddle [Tom Riddle y Tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora