Údine, Italia

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Al escuchar ésto, Neela no pudo evitar sonrojarse y caminar rápidamente hacia el dibujo con la intención de quitarlo, pero Tom fue más rápido y llegó antes, ganándole aquel trozo de papel colocado sobre la encimera, observándolo con cuidado mientras ella trataba de evadir su vergüenza desempacando las cosas de él.

—¡Ya está la cena!— gritó su madre para su alivio, dejó lo que estaba haciendo y se dirigió hacia dónde Riddle estaba para quitarle el dibujo cuando éste bajó la guardia.

—Impresionante, era como verme en un espejo, aunque sin diez años encima— opinó mientras su novia lo guiaba al comedor, donde los esperaban, y no pudo evitar asombrarse cuando se dio cuenta de que Kampell y Tanatos también tenían platos ahí.

—Por favor, sírvanse— pidió Odette con una sonrisa, señalándoles el banquete en medio de la mesa, Neela y Tom se sentaron juntos pasándole al otro la comida que desearan.

—¿Cómo ha estado todo por aquí, madre? Es decir, te ves mejor que en las vacaciones de verano— dijo mientras le pasaba el caldero con estofado a Tom.

—Sí, yo... Estoy mejor— titubeó, y cuando pensó que nadie estaba viendo, miró hacia dónde había una foto del padre de Neela, Belmont.

—He escuchado maravillas de usted, señora Bloom— añadió Tom terminado de servirse un poco del estofado, y llenando su copa con agua.

—¿Enserio?— ambos asintieron —Pues espero que mi hija no se haya quedado corta, hay tanto que decir sobre mí— respondió riendo, mientras olía el vino en su vaso.

—Bueno, creo que se me olvidó decir que mi madre es una persona muy orgullosa, y también vanidosa— al escuchar ésto abrió la boca sorprendida y entrecerrando los ojos fingiendo estar enojada.

—Eso no es cierto— repuso aventandole un trozo de zanahoria mirando a Kampell para que le diera la razón, pero éste lo que hizo fue encogerse de hombros —Conspiradores.

—Si la verdad es un delito, que me encierren— se burló Neela protegiendo su cara con las manos de otro ataque con zanahorias de su madre.

Pero después de que las zanahorias para atacar se le acabaran, la cena siguió un poco más tranquila, platicando acerca de Hogwarts, los maestros y cómo ella y Tom habían conocido a Newt Scamander, lo que la sorprendió bastante.

Y en unos cuantos minutos más la cena acabó, se recogieron los platos y cada quien se iba a ir a su respectivo dormitorio, pero Neela se regresó un momento a la cocina para hablar con su madre, quien se encontraba lavando los trastes.

—Madre ¿Tom y yo podríamos dormir en el mismo cuarto?— ella negó —Pero no haremos nada— su madre se secó las manos en la toalla viéndola divertida, tomando nuevamente una copa de vino.

—Lo sé, pero alguien tiene que hacer la parte celosa de tu padre— dijo con una sonrisa melancólica llendo de nuevo al jardín con ella —Si estuviera vivo, ya hubiera asesinado a Tom con la mirada, es más, estaría cavando su tumba ahí entre las orquídeas— añadió señalando un lugar lejano y cerca de un viejo roble —No soportaría la idea de que alguien le robara a su princesa.

Dio un trago amargo al vino antes de voltear a ver a su hija, le alegraba tanto que no hubiera heredado sus ojos oscuros, porque así cada vez que la veía se encontraba con él. La abrazó depositando un beso en su cabeza y mirando de nuevo al jardín antes de continuar.

—Cuando lo vi morir frente a mí, supe desde aquel instante que nunca aprendería a vivir sin él, cada lugar que veo me lo recuerda, la sonrisa estúpida que siempre traía, sus ojos azules traviesos. Ya ni siquiera puedo cantar, porque sé que si lo hago, la melodía de su piano faltará en cada palabra. . . Cada vez que duermo sueño con él, somos felices contigo en nuestros brazos, pero cuando despierto, su lado de la cama está aún vacío.

Enamorada De Tom Riddle [Tom Riddle y Tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora