Reunión Familiar

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Los platos con facilidad llegaron a la mesa, para que después apareciera frente a ellos una cena muy apetecible, Francesca les sonrió invitándoles a tomar asiento, Neela paseó su mirada por el comedor, buscando fotos de ella con alguien más.

—No, no estoy casada, le dejo la familiaridad a mi hermanita, la madre de Eric— dijo respondiendo a su búsqueda, mientras les servía té —No es muy fácil mantener una relación siendo legeremante, sobre todo con muggles, explicarles todo acerca de la magia durante la relación y luego tener que desmemorizarlos al romper es... Agotador.

—El único amor que mi tía necesita es de los animales ¿No es así?— agregó señalando a su foto junto con un buldog francés de pelaje blanco con manchas negras en ojos, boca y en una de sus orejas.

—Se llama Lorenzo, y es más leal que un hombre— repuso dando un sorbo al té, volviendo su mira hacia Neela, quien tenía duda como ella había acabado en Italia —Verás, todo mi linaje mágico, más conocido como "familia" pertenece a éste país, pero mi hermanita decidió irse a Francia a buscar el amor, pero encontró al padre de Eric.

—Muy graciosa— respondió éste entre dientes, cortando con rudeza la carne de su plato.

—Ay por favor, sabes que estoy jugando— se inclinó hacia él tomándolo por la barbilla y dando palmaditas en su cachete —Encontró a Adrien, se casaron, nació Eric y una vez más fue el orgullo de la familia— añadió en un tono amargo, dando otro trago a su té.

Por la mente de Neela pasaron miles de ideas de por qué había hablado de su familia de aquella cortante y distante manera, pero decidió que sería mejor no preguntar y poner la mente en blanco para no causar incomodidad, muy tarde.

—No es incómodo, bueno, para ellos sí por supuesto. Mi amor por la gente muggle no fue bien visto por mi familia, por supuesto que a mí no me importó, y de repente no tenía ni un sólo knut en mi cuenta bancaria, le habían transferido todo a Bianca.

—Lo lamento— dijo Neela, dando un sorbo a su taza que se había empezado a enfríar —Muchas gracias por dejar que me hospede en su casa, es muy lindo de su parte.

—Oh, ni lo menciones, la idea de tener casa llena es algo lindo para una mujer soltera y sola como yo, además de que no estaría mal que los dos cuartos sobrantes fueran ocupados. Les empieza a salir polvo— se paró recogiendo sus platos vacíos, volviendo a hacer levitar sus maletas e indicándole que la siguiera.

Después de subir las escaleras en espiral, se encontró con un pasillo largo e iluminado por la luz del sol que se colaba por las ventanas en ambos extremos del lugar, y los flequillos de la alfombra bajo sus pies se movían como si estuvieran flotando en el agua. Frente a ella habían dos puertas, y en las paredes a sus lados había una en cada una.

—Ése es el baño— señaló la puerta a la derecha de los chicos —Ése es mi cuarto— señaló ahora la puerta a su izquierda —Y éstas serán sus habitaciones mientras estén aquí, Eric se instaló cuando llegó, ambas tienen un baño completo y un ropero que se adaptará a sus necesidades (literalmente). Les dejaré unos minutos para que desempaques mientras voy a la veterinaria por Lorenzo.

Ambos asintieron y pasaron a sus respectivos cuartos intercambiando una mirada de asombro, tras cerrar la puerta abrió la boca sorprendida, la habitación parecía ser de un hotel cinco estrellas, quizá hasta diamante.

Las cobijas se veían suaves y limpias, de un color lila muy claro que podría confundirse fácilmente con gris, sobre de éstas había un montón de almohadas, unas de seda color blanco que le daban un tono aperlado, otras de terciopelo de colores un poco más oscuros y con un estampado elegante.

Enamorada De Tom Riddle [Tom Riddle y Tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora