Disputa en el Gran Comedor

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Después de haber llegado a sus respectivos cuartos a dormir, cansados a más no poder por aquella reunión y vuelo nocturno, ahora estaban caminando hacia el salón de Defensa Contra las Artes Oscuras, tomados de la mano mientras hablaban acerca de 'Borgin & Burkes'.

—Si me disculpas, tengo unos asuntos que tratar con Orión ¿nos vemos después de la clase?— suspiró asintiendo, para después buscar una mesa libre sin quitar su vista de la espalda de su novia, que se sentaba jutno a su ex.

—¿Asunto?— preguntó él con los pies encima de la mesa, sus manos sosteniendo su cabeza y con los ojos cerrados al escuchar el ruido de la madera cuando alguien se sentó.

—No sabía que para sentarme contigo debía de tener un asunto, pero qué te parece éste: Una silla sirve para sentarse, ésta es una silla ¿Puedes adivinar el resto?

—Y tú te sentaste, muy chistosa Neela— dijo ésto último en un tono que parecía ser de burla —¿Vienes a copiarte de mis apuntes, no es así? Es una lástima que Abraxas ya no te deje copiar los suyos.

—Créeme que si una persona copiara los apuntes de alguien, serías tú. Además, ¿tú que sabes de mi distanciamiento con Abraxas?— preguntó arqueando una ceja mientras daba vueltas a las hojas del libro.

—Sólo hizo falta un bote de helado y mencionarte a ti para que empezara a lloriquear murmurando estupideces— respondió restándole importancia y estirándose en la silla —Pero ayer estuvo de buenas, dijo que Cassandra ya está mejor y no se la llevarán a San Mungo.

—Eso es genial— añadió asombrada de que lo que había hecho el día anterior había dado sus frutos, y había enmendado su mala acción.

—No lo creo— agregó bostezando y rascando su cuello —Ahora Abraxas está más amoroso de lo normal y no para de hablar de cómo "mágicamente" sanó, no me dejó dormir en toda la noche por su continuo parloteo.

—Ya veo... ¿Y no dijo nada más?— Orión negó, ella agachó la mirada sin saber cómo sentirse, pensó que si le decía a Abraxas que ella la había curado, quizá su odio hacia ella terminara, pero esa idea se esfumó al pensar en lo egocéntrica que se vería cuando lo dijera.

"Lo mejor será que no lo sepa" pensó mientras fingía leer uno de los párrafos en la página 291 "Quizá las cosas se arreglen por sí solas y no deba de forzarlas a sanar" levantó la mirada y vio la cabellera rubia de Abraxas unas mesas más enfrente de ella, platicando y riendo con Rabastan.

Después la profesora Merrythought entró con un aspecto un poco más desgastado que antes, y es que el tiempo le empezaba a rendir cuentas, ya que era una mujer con numerosos años encima. Pero eso no quitaba el hecho de que le encantaba llenar a sus alumnos de tareas, y ese día no fue la excepción.

Durante una explicación de la profesora acerca de los contra-embrujos, la mente de Neela vagaba por otro lado, pensando en que la relación que tenía con Orión estaba perfecta como estaba, una eterna enemistad desde que se conocieron.

Además de ordenar por conocimiento y dificultad lo que le enseñaría a Tom esa noche en la sala de menesteres como habían quedado de camino al salón, hasta que pensó en quien le dio todo ése conocimiento, La Dama Gris.

Sintió un retortijon en el estómago como la primera vez que pensó que había faltado a su palabra de destruir la Diadema por ella, pero no podría hacerlo, si no el ritual y dolor hubieran sido en vano, corría el riesgo de perder su espacio mental que la ayudaba a descubrir lo que debería o no hacer.

Pero al igual que cuando estuvo en la enfermería, una solución se le ocurrió, duplicar la Diadema y destruir la original, de cualquier manera, ya todo estaba hecho y Riddle no quería nada acerca de su sabiduría, lo único que quería era una reliquia de Hogwarts, y como aquel dicho muggle que escuchó una vez decía:"Ojos que no ven, corazón que no siente".

Enamorada De Tom Riddle [Tom Riddle y Tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora