Dos chicos que viven en el mismo edificio, nunca se han visto y una compañía estadounidense famosa por crear videojuegos lanza un nuevo juego de realidad virtual que se conecta directamente a tu cuerpo, este de manera inmediata te crea un personaj...
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Es el último día del año y tengo la certeza de que Eron salga de su apartamento y me vea, al menos la tenía hace dos horas cuando decidí sentarme en el suelo mugriento de nuestro pasillo. Normalmente el edificio se ha caracterizado por su tranquilidad y este año no será diferente. Quizás debí poner mi foto de perfil cuando lo agregué, pero tenía miedo de como pudiera reaccionar, aún lo tengo, saber que hemos avanzado hasta tener un contacto mínimo fuera de Mundo Virtual, hace que sea más feliz.
No debería hacerme ilusiones, debería vivir la vida real y esperar más del mundo que me rodea, pero de alguna forma sigo anclándome a lo que quizás no pueda volver a ser nunca. Eron ni siquiera es capaz de darse cuenta quien soy, cuando me vio no reparó en lo más mínimo en mí. Quiero ser visto, ser desnudado con la mirada, ser víctima de un amor que me consuma y que por primera vez alguien se dedique a enamorarme a mí.
Todo el tiempo vivo fantaseando con personas que no gustan de mí, profeso que no soy lo suficientemente bueno como para que alguien se sienta atraído por este manojo de dudas y mierdas moralistas. Deseo por primera vez en mi vida que algo funcione y el miedo a que no lo haga me hace cometer errores estúpidos, llenándome de incertidumbres e inseguridades que acaban con cada atisbo de felicidad que logro evocar en el fondo de mi alma.
No sé qué me duele, o porqué estoy triste en un día en el que debería ser feliz. Pero joder, conseguir la llamada felicidad no es tan fácil para todos, menos cuando vives escondiendo todo el tiempo quién eres, con temor de que los demás no te acepten y por una jodida vez deseas que el mundo deje de cagarse en ti y te otorgue un momento de felicidad, necesito que Eron sea esa luz en el túnel, anhelo que mi vida deje de ser a blanco y negro, que se tiña de matices claros.
Me recuesto del muro y siento como las lágrimas se deslizan por mis mejillas cuando entra el año nuevo: otro año solo, sin saberme amado y agobiado por la soledad. Pronto mi teléfono vibra y me gustaría creer que es Eron, pero no son más que montones de mensajes en los que me felicitan por la llegada de un año más. Exageración total, algunas personas se desbocan como si esperar el año nuevo fuera una novedad, siempre habrá un año más... lo que no podemos saber es si nosotros estaremos vivos para esperarlo, lo sé, soy un hipócrita y me contradigo. La vida está llena de eso, contradicciones.
Leo varios textos sin responderlos, hasta que me detengo en las felicitaciones de un número desconocido. Busco inmediatamente su foto para encontrarme con un Abdel sentado en la orilla de la playa con una sonrisa enorme, sus dientes blancos contrastando con su piel morena, para ese entonces no tenía barba y su rostro parecía más infantil que ahora.
Contacto agregado
Abdel Batich: Feliz año nuevo
Espero que realmente estés feliz y que este año venidero te colme de bendiciones y te otorgue todo lo que tu corazón anhela.
