Dos chicos que viven en el mismo edificio, nunca se han visto y una compañía estadounidense famosa por crear videojuegos lanza un nuevo juego de realidad virtual que se conecta directamente a tu cuerpo, este de manera inmediata te crea un personaj...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Doy vueltas por la sala como un perrito faldero mientras mi madre termina de ajustar mi chaqueta preferida, saldré con mis mejores amigos a ese bar al que siempre íbamos cuando teníamos tiempo libre.
Tras lanzar un suspiro de alivio porque al fin va a deshacerse de mí, me la coloca y me queda perfecta. La chaqueta es purpura con rayos rojos, la compré hace tres años en una venta de garaje, no es que sea de comprar cosas usadas, pero me atrajo, fue amor a primera vista. Mi cabello va peinado hacia atrás, todo mi rostro al descubierto, exhibiendo mis cicatrices, los chicos dicen que me dan un toque de fuckboy misterioso... no quiero volver a ser uno de esos jamás.
— ¡Ernesta! —digo, con una duda bailando en mi mente.
— Si, cariño —responde, arqueando una de sus cejas rubias.
— ¿Cómo supiste que papá era el amor de tu vida?
— Ah —sus labios se curvan intentando esconder una sonrisa pícara, mi madre es la mujer más sobria que he podido conocer en el planeta —, pues solo lo sabes, al menos eso es lo que dicen... en mi caso fue diferente, estaba de vacaciones en Eygray, mi padre tenía negocios allí con la familia de mi mejor amiga, Payton Johansson. Ambas estábamos en una playa muy chula que para verano se llena de turistas de todo el mundo, tu padre estaba allí, lucía bastante tonto: unas medias, oh... —sonríe intentando recordar todo lo que puede.
» Antes que nada, debes saber que Payton es muy apuesta, mucho más que yo. También es rubia, por lo que éramos dos rubias hermosísimas, acostadas en la arena con unos bañadores coquetísimos que se usaban por allá en los noventas... tu padre tenía unos calcetines de rayas, bloqueador en exceso en la nariz y parecía tenerle miedo al agua... Payton dijo que era apuesto y yo no lo veía de esa forma hasta que me miró. Nunca había visto algo así, sus ojos, Eron. Los ojos de tu padre reflejaban tanto, no lo sé... en fin, volteé la cara cuando nuestras miradas se cruzaron, años después tu padre me dijo que fui toda una zorra —se cubre la boca mientras sonríe, como si la palabra tuviera alguna gracia —. No volví a verle hasta después, mis padres tenían que quedarse un tiempo más en la isla y yo tenía que volver por el instituto. Me subí al avión y mi compañero de asiento era él. ¡El chico raro de la playa! Pero yo no me sentía tan guapa ni valiente, estaba sola... tu padre en cambio, parecía muy decidido a tomar la oportunidad que la vida le acababa de dar, éramos... no lo sé, pocos años mayor que tú y él fingió que tenía un ataque de pánico. Lo tomé de la mano el vuelo completo, ya te lo imaginas, casi un día entero. Supe de inmediato que era un mentiroso, pero me gustó que tuviera la iniciativa. El amor te encuentra, bebé... cuando la vida te pone las oportunidades, solo tienes que tomarlas.
Las palabras de mi madre rondan en mi cabeza aun cuando Fred viene a buscarme en su coche junto a Dallas. El amor nos encuentra, pero es difícil saber reconocerlo. Es que... no lo sé, hablar de amor es complicado, cuando estuve con Paola creí que la amaba tanto que me obsesionaba de mala manera la idea de perderla.
