27: Otro día 🎮✔

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Hace una semana que no sé nada de Eron, incluso he intentado escribirle, pero me ha bloqueado, supongo. Mi hermano me pide que baje algunas cajas para la caridad antes de irme al instituto, se adentra conmigo en el ascensor... me sorprende que estemos haciendo esto de la caridad, no es que seamos tan pobres que no tengamos nada que donar, pero realmente no somos muy afortunados, menos desde que no contamos con el sueldo de mi hermana.

— ¿Recuerdas cuando papá nos llevaba a los hogares para ancianos? —pregunta Demarco, me sorprende que hablemos de esto.

Mi padre ha sido siempre un tema del que nadie habla, se fue y listo. Aún lo recuerdo, salió por la puerta y antes de cerrarla me miró sabiendo que sería la última vez que lo haría... jamás pensé que se marcharía, dejando todo lo que tenía en su vida, abandonándonos en una ratonera, dejándome con el corazón roto aún por Abdel. Lo hizo, me repuse, empecé a olvidar como sonaba su voz, comencé a crecer y a dejar de pensar en que todos se irían, entendí que no puedo fiarme de algunas personas, pero también me abrí a un mundo diferente.

— No —miento, sí que recuerdo todas las cosas que solíamos hacer con mi padre, pero no quiero dejarme afectar por su memoria.

Algunas veces me desvelo imaginando si iré caminando por las calles y me lo encontraré, me entra pánico cuestionándome si podré reconocerlo o no. El pensar en que tanto ha cambiado, si su cabello se ha tornado blanco, si su piel pálida se ha arrugado tanto que no parezca el padre que una vez tuve.

— Vuelve pronto de la escuela, seguiremos sacando cosas del piso —culmina mi hermano, haciendo de cuenta que no ha escuchado mi respuesta.

Demarco es cinco años mayor que yo, para cuando nuestro padre se fue, él ya era todo un hombre, tuvo que hacerse cargo de muchas cosas en la casa: cuidar de mi madre y nosotros... aún era menor de edad, pero logró conseguir un trabajo como seguridad que hasta el día de hoy mantiene, mi hermana mayor dice que él tiene demasiado potencial para limitarse a abrir puertas y patear culos de borrachos, pero hay que ser bastantes honestos; las oportunidades para alguien que tuvo que abandonar la secundaria, son bastantes limitadas. Ella sugiere que se dedique al modelaje, daría la talla, me percato de eso cuando observo sus enormes brazos y su espalda ancha, su piel a diferencia de la de Elroy, es de la misma tonalidad que la mía, lleva una cascada de rizos tintados de un rubio oro, rapados por los lados y con su color natural, sus profundos ojos negros me dedican una mirada antes de marcharse con dirección al ascensor. Justo cuando este se abre sale una chica rubia que no me es muy difícil reconocer, mi boca se abre con gran sorpresa cuando tras ella sale Eron. Paola, quien se supone que es la novia de mi mejor amigo, va sonriéndole al chico que me gusta mientras que este pasa delante de mi hermano sin reparar en él. Aprieto bastante mi morral con inquietud, no sé si estoy celoso o si me molesta que exista la posibilidad de que esta chica le esté siendo infiel a Maicol.

A mi lado se parquea un coche, abren la puerta y Paola corre hasta adentrarse en él, no fija su vista en mí ni un solo segundo porque con una sonrisa de complacencia se empecina en despedirse de Eron aun cuando ya el coche está en marcha. Giro en busca de Eron y noto que aparta la mirada, se mete las manos en los bolsillos y se adentra en el ascensor sin más... desde que le dije lo de Abdel ha decidido retirarme el habla, me gustaría creer que, por celos, pero sería estúpido pensar que puedo gustarle tanto para despertar ese sentimiento. Quisiera correr detrás suyo y explicarle que las cosas con Abdel han terminado antes de comenzar, que no podía jugar con las ilusiones de alguien que no se merece que le hagan ningún daño, así como lo está haciendo él con Paola.

Olvido todo, me encamino hacía la parada de bus y pienso una y otra vez si es necesario que hable con Maicol, Daniela diría que no me meta en esas cosas, Maicol ya sabrá como reponerse de estas cosas, no es que sea un niño primerizo en las redes envenenadas del amor. Pero Eron, pensé que era mejor que todo esto, mejor que cualquier otro chico heterosexual, creí que existía la posibilidad de que no me hablara porque estaba celoso y que eventualmente todo se le pasaría y me buscaría. Fui todo un estúpido, ha decidido sacarme de su vida porque ha vuelto con su ex, porque ella si es una chica y yo no... a Paola si puede amarla delante de todo el mundo e incluso seguro les agrada bastante a sus padres, yo le caigo bien también al señor Castillo, no sé si lo suficiente para ser su nuero, pero lo hago.

Para cuando llego al instituto todos están sentados donde deben y la maestra organiza algunas cosas sobre su escritorio, me deslizo sin hacer ruido, la mirada de Candace se enfoca en mí desde el fondo del salón, decido obviarla... con la chica vamos juntos a pocas clases, lo agradezco porque es un recordatorio andante de su primo, no quiero tener que recordarle todo el día, en todas las clases.

— ¿Se te han pegado las sábanas, tío? —dice Maicol, sentado a mi derecha.

Daniela quien está a mi izquierda, se cubre la boca para burlarse de la pregunta de mi amigo. Ciertamente no sería la primera vez que llego justo a tiempo al aula por culpa de mi sueño pesado. Le explico todo cuando la maestra sale por su porción matutina de cafeína, no incluyo el detalle de Paola ni nada de Eron.

— Vaya con la caridad, mi madre se encargó de todo eso ayer —responde Dani, cuando giro para verle al rostro me percato de que su mirada se enfoca en algún punto al final del pasillo.

— Vamos, ¿qué carajos es lo que pasa? —cuestiono, cansado.

Últimamente todos actuamos raros: Maicol no parece chistoso como siempre, Daniela vive poniendo excusas para quedar y yo, bueno... no lo sé, Eron me ha dado fuerte.

— No pasa nada —comenta mi amiga ruborizándose.

— Claro que pasa, solo he evitado preguntarte porque siempre espero a que te sientas cómoda para hablar de tus cosas —le retiro la vista, para mirar a Maicol —, ¿vas a decirme tú lo que pasa en sus vidas?

— Vale... —ronronea —, Dan sale con alguien, cabe destacar que no me dijo nada ella... la pillé besándose en una fiesta con esa persona y todo ese rollo. Así que no me culpes por saberlo primero.

— No entiendo... —mis ojos se agrandan cuando mi mente procesa y une todas las piezas —, ¿es ella?

No escucho la respuesta de mi amiga porque todos prestamos atención cuando la maestra entra al salón con nuevas energías. No me puedo creer que mi mejor amiga se esté liando a escondidas con Candace Flynn, vamos, que Eron Castillo se ha colado en mi vida por completo. Nuestros mundos parecen cada vez más reacios a mantenerse separados, se atraen, uniéndose y pretendiendo formar uno solo. Solo que él y yo no estaremos juntos, no quiere, no puede... le importa poco si yo quiero o intentarlo.

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