18: Eres tú🎮✔

294 61 56
                                    


 Tres semanas después

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

 Tres semanas después



La navidad en New York es despiadada, peor aún si en casa nadie se habla y se escuda en el trabajo para no pasar tiempo sumergidos en este campo de guerra. Mi madre ha salido demasiado temprano y por eso me toca a mí llevar la cena de navidad al gruñón de Alberto, el de recepción.

Me adentro en el ascensor con unos pantalones cortos, una franela sin mangas, roja y unas medias ridículamente navideñas que me llegan hasta las rodillas. En fin, me agrada la navidad más de lo que debería, aunque estoy de vacaciones en la escuela, hace tres semanas que no sé nada de Eron. Ya no me funciona tocar timbres en el edificio intentando averiguar donde vive el extraño de la terraza. Solo falta mi piso y dudo que haya vivido toda su vida al lado mío sin haberlo visto ni una sola vez.

Antes de que se cierre la puerta, una chica vestida de rojo aparece para acompañarme, juraría que es Cheryl Blossom de Riverdale, de no ser porque la he visto antes en el edificio. Igualmente lleva una cacerola en la mano y sonríe cuando retengo la puerta del ascensor para que entre sin problemas.

— ¿Te llamas Carmen? —cuestiono dudoso, intentando recordar si sé su nombre o simplemente lo estoy adivinando.

— Candace, mi nombre es C-A-N-D-A-C-E, chico Maletas —me lanza una mirada inquisitiva y se ríe por lo bajo cuando se percata de mi atuendo.

Veamos, no es que Candace no sea una chica linda o que me vayan más los tíos, mejor dicho, me van al mil los tíos. Pero joder, esta chica tiene un aura que asusta. Me cuesta saber que palabras decir cuando sus labios rojos se curvan y la veo recostarse de una de las paredes.

—Veo que también le llevas comida a Alberto —pongo los ojos en blanco sin que esta se dé cuenta, ese señor no me cae nada bien.

—Si, mis tíos han insistido en que debía hacerlo yo. Supongo que ya sabes que el rarito de...

La puerta se abre interrumpiendo nuestra charla, Candace actúa como si no estuviéramos en una conversación y se lanza a la recepción con una enorme sonrisa Colgate dibujada en el rostro. Le sigo con discordia, lo que más quiero en estos momentos es estar acostado en mi cama, leyendo cositas en Wattpad y con las luces apagadas. Lo único que me queda desde que mis amigos han decidido marcharse por navidad: Maicol fue a casa de sus abuelos en Asia y Daniela se largó a casa de su prima Tiff. Vamos, que, si no tuviera que ahorrar, hubiera podido largarme a algún lugar, desearía tener familia materna aún en el país.

La pelirroja le extiende la comida a Alberto y este la halaga de manera empalagosa, desde cada hebra roja de su melena, hasta el vestido de andar por casa que le sienta jodidamente perfecto.

—Mi tía ha dicho que usted es fan de su pavo —comenta, tras guiñarle un ojo.

—No me he perdido un solo bocado en las casi dos décadas que los Castillo llevan viviendo aquí —hacen el intercambio, él le ofrece una carta o mejor dicho una tarjeta navideña de lo que parece ser una familia —, esto es para el joven Castillo, ¿Como sigue?

Mundo VirtualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora