Capítulo 11

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Asher cruzó su estudio y me fijé que tiene nuevos paisajes en su estudio, su mesa tenía varias ramas del árbol negro hasta el centro donde se encontraba el tronco, era algo sombrío, pero hermoso. Asher cerró una puerta donde vi que venía con más pintura y se ha cambiado su polera por una que tiene varias manchas de pintura y tiene una pequeña venda alrededor de su muñeca izquierda, con sus típicos pantalones rotos en la rodilla.

—¿Te vas a quitar la ropa o lo hago yo? —me provoca con tono burlón y una pequeña sonrisa perversa en sus labios.

—Quítamela tú—le sigo el juego de provocación.

Me quito lentamente la chaqueta y Asher da un largo silbido mientras me abarca con su penetrante mirada, que hace que me ponga un poco colorada. Sus ojos suben por mis piernas que están al descubierto por una minifalda de imitación de cuero, y luego siguen subiendo hasta detenerse en mi pequeño top y se remoja el labio inferior.

—Asher—, lo llamo.

Me doy cuenta de que está totalmente concentrado en mi cuerpo, o por ser más claro en la zona de mi escote. Lo llamo de nuevo, pero nada, al parecer con su mente ya me tiene desnuda. Me saco el top lentamente y veo que traga duro porque su nuez se eleva a lo largo de su cuello como si le costara tragar, aunque se recupera con rapidez y saca a relucir esa sonrisa maldad y traviesa. Esa sonrisa pecadora que capta toda mi atención.

Asher se aclara la garganta.

—Perdóname, Kaira, decías algo... —comenta aún distraído.

—¡No, nada! —me senté en el sillón y dobló con cuidado mi chaqueta y mi polera bajo la atenta mirada de Asher.

—Ah... Entonces te vas a desnudar ¿o no? —me pide, dándole un tono de voz casi sensual en sus palabras que me hace pestañear de nuevo.

—Ya lo estaba haciendo—me burlo de él—, pero te quedaste embobado mirando mis tetas—ironizó, cuando veo que todavía me sigue mirando mis pechos que ahora solo los cubre un sujetador de encaje blanco.

Asher se vuelve a remojar el labio inferior con lengua, jugando con piercing y luego levanta la mirada hacia mi sin ningún tipo de remordimiento. Se acerca un poco a mí.

—Tienes unos pechos perfectos—comenta con una sonrisa descarada.

Me encojo de hombros aparentando tranquilidad que en realidad no tengo en estos momentos porque mi piel está ardiendo y solo por su mirada, ¡mierda! Este chico me va a llevar al infierno. Lo miro y es sexy a morir con su piel blanca y de porcelana tiene la musculatura perfecta.

—¿Y debo suponer que ese es un halago? —preguntó con una sonrisa inocente y me muerdo el labio inferior con fuerza.

—¿Quieres preguntárselo tú directamente a mi amigo el de la entrepierna, Sweety? Él está impaciente por contestarte y salir a jugar —me provoca con un gesto burlón en sus labios—. Quítate la falda—me ordena.

Suelto un bufido y me levanto del sillón, me acerco a pasos seguros hacia él.

—No, desnúdame tú, eres tú él que me quiere pintar desnuda—le ordenó, y le doy un pequeño beso en sus labios donde se queda paralizado por un segundo, antes de tomarme con fuerza de la cintura.

—¡A tus órdenes, Kaira! —murmura, antes de besarme con violencia y siento como sus manos recorren mi espalda hasta llegar a la cinturilla de mi falda y como comienza a bajar el cierre de mi falda y lo apartó para que caiga la falda al suelo—. Joder, Kaira, te follare hasta que ya no puedas más.

Asher vuelve atacar a mi cuello con sus besos calientes que le da un toque frío por piercing y siento como su mano va bajando lentamente hasta que tira de elástico de mis bragas y suelto un gemido. Asher agarra mi pelo, hace que tire mi cabeza hacia atrás donde me da besos por todo mi cuello, y varios suspiros de placer escapan de mi boca.

Insuperable EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora