Insuperable Efímero

Capítulo 3

Asher estacionó la furgoneta en una tienda y se podía ver que estaba abandonada. Sacó una llave y la metió dentro de la cerradura, me dejó pasar a mí y de nuevo estaba ese olor al óleo. Nos quedamos oscuros y sentí su reparación en mi cuello.

—Bienvenida a mi taller, Kaira—me susurro.

Lo miré sobre el hombro y aunque el taller estaba oscuro entraban algunos rayos, podía ver que me estaba sonriendo.

—¿Te gusta sonreír o lo haces para coquetear con las chicas? —Pregunte con descaro.

—Depende—dice burlonamente, prendiendo la luz.

Solté un bufido, porque con este chico cada palabra que decía en el fondo tenía un doble sentido y no sabía cuál realmente era el significado. Miré el estudio y tenía muchos retratos o paisaje dibujado, me acerqué a ellos y realmente eran hermosos.

Sentí un ruido y vi que estaba entrando a una puerta. Detalló mejor el taller y había un mini refrigerador, un sillón negro con algunas manchas, una mesa y dos puertas. El taller estaba pintado con un enorme paisaje de playa.

Me acerqué a la mesa y vi varios papeles que eran unos borradores. Sentí sus pasos y cuando me giré lo tenía casi encima de mí. Nos observamos y entonces comienza a acercarse. Cuando está a tan solo unos milímetros, alarga el brazo y rescata los borradores de la mesa.

—¡Eh! ¿Seguro que no quieres que te bese? —Pregunta con un tono divertido.

—Claro, muero por un beso tuyo—pongo los ojos en blanco. —¿Qué hacemos aquí?

Asher se aleja un poco de mí y comienza a hojear sus borradores, se encoge de hombros. "Oh genial" —me digo a mí misma. Me siento en la silla y lo observo es alto, diría que mide casi dos metros.

—Ese chico el de ayer era tu novio, ¿cierto? —Pregunta tranquilamente.

—Algo así ¿Por qué?

—Pues se veía muy mal, que le dijiste que follaba mal, ¿o qué?

Achiqué mis ojos y me aclaré la garganta porque era un tema privado.

—Creo que no es de tu incumbencia Asher—me levanté de la silla y pasé por su lado, pero me agarro del brazo—¡Que me sueltes o te juro que...No respondo!

—¡Hey que estaba bromeando! —Dice relamiéndose el labio inferior.

—No es gracioso Asher. Me voy, quiero estar sola—me solté de su agarre.

—Déjame pintarte—declaró.

—¡Estás loco! Te estoy diciendo que me voy, que quiero estar sola y tú me sales con esta mierda de pintarme.

—Eres una chica complicada—dice tranquilamente.

Suelto un bufido y camino hacia la puerta solo quiero llegar a dormir. Miré por encima de mi hombro a Asher porque me había llamado.

—Te llevo.

—No gracias, tengo pies y no necesito de tu ayuda—declaré molesta. Él se acercó a mí con una enorme sonrisa.

—Te ofendes con facilidad, Kaira, relájate un poco. Perdón, si te moleste, siempre digo lo que quiero.

—Lo siento, es que no dormí bien y estoy irritable, normalmente no soy así—me disculpo porque estoy siendo algo borde.

Tomó mi mano y me guio de nuevo del taller, nos sentamos en el sillón. Me observó detenidamente.

—¿Qué pasa? ¿Tengo algo en mi cara?