Capítulo 17

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Camine de un lado a otro esperando que abrieran la puerta donde se encontraba Asher habíamos llegado hace treinta minutos y aún no sabía nada de él, no entiendo nada. Sabía que estaba algo raro, pero jamás pensé que se iba a desmayar en mis brazos.

Emilio me entregó un café y le di una tensa sonrisa.

—Todo va a estar bien, Kaira, no te preocupes de seguro que no fue nada grave—me abraza Emilio, apoyo mi cabeza en su hombro.

—No lo sé, Emilio, me dijo que no se sentía bien, pero de repente comenzó a...apagarse frente a mí. Asher siempre es alegre, pero desde que desperté que él estaba serio, pensativo y reservado—le explico, y él acaricia mi pelo con sus dedos—. Además que casi no duerme.

—¿Cómo que no duerme? Acaso es un vampiro, bueno eso explicaría lo pálido que es su color de piel—bromea Emilio, y sonrió—. Tal vez es tu Edward y no lo sabías.

—No eres gracioso—niego con la cabeza y suelto un suspiro—. No me refiero a eso. Asher duerme como 4 horas o 3 horas, él cree que no me doy cuenta, pero siempre lo siento cuando se levanta de la cama y se sienta a dibujar—hago una mueca. Emilio aparta el pelo de mi cara—. Algo lo atormenta, Emilio, y siento que se está llevando esa bonita sonrisa.

—¿Por qué no se lo preguntas? Es tu novio. Dile que estás preocupada por él, tal vez el desmayo se deba al cansancio que está sufriendo Asher en su cuerpo todo necesitamos dormir más de tres o cuatro para estar con energía—observó cómo le da un trago a su café y luego chasquea su lengua—. Tal vez debería proponerle ir a terapia para que lo ayuden porque esto es entre él y nadie más, tú solo apóyalo como su pareja.

Sonrió porque a pesar de que Emilio muchas veces es un imbécil, tiene sus momentos de sabiduría y siempre está para apoyarme en las buenas y malas aún me sorprende que llevemos tantos años de amistad aunque para mí es un hermano.

—A veces me sorprende cuando me das estos consejos con lo imbécil que eres—le doy un pequeño empujón en su hombro y él pasa su brazo por mi hombro—. Gracias por siempre estar a mi lado.

—Siempre estaremos juntos en las buenas y malas, niña tonta—comenta con aire burlón—. Eres mi hermanita, Kaira, y siempre voy a desear lo mejor para ti.

Me separo de él y aprieto sus mejillas con fuerza y él hace una mueca de dolor, me pega una palmada para que lo suelte y le doy un último apretón en sus mejillas y suelta un gemido de dolor lo que me hace reír.

—¡Auch! Kaira eso duele, joder no lo hagas de nuevo—me regaña, y le saco la lengua porque siempre me dice eso desde que lo conocí. Él achica sus ojos hacia mí—. Olvídalo de todas formas no me vas a hacer caso.

Apoyo mi barbilla en su hombro y sonrió.

—¡Exacto! —Exclamó de forma burlona—. No sigas gastando saliva con esa amenaza porque no te escucharé.

En ese momento salió el doctor de la habitación y nos paramos rápidamente de las sillas incómodas del hospital. El doctor se acerca a nosotros y se retira los lentes antes de hablar.

—Los familiares del paciente Neumann Asher—dice el doctor de unos setenta años y nosotros respondemos que somos amigos—. El paciente solo tuvo un síncope—hago una mueca por no entender y el doctor sonríe dulcemente—. Un desmayo debido a que el paciente se encuentra agotado y ahora está durmiendo, pero de todas formas mandamos hacer unos análisis de sangre para descartar otras enfermedades como la Anemia.

Emilio pasa su brazo por mis hombros. Sonrió porque fue lo que Emilio dijo y yo también lo sospechaba, Asher casi no duerme y eso me preocupa porque su cuerpo está pidiendo ayuda con esta advertencia.

Insuperable EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora