Capítulo 23

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Mi madre sonríe con cariño a Asher quien está contando anécdotas de él cuando era pequeño junto a su hermano y su padre que nos hacen sonreír a mi madre y a mí, pero de nuevo me doy cuenta de que Asher habla con mucho cariño de su padre y de su madre no hace mención alguna. ¿Qué fue lo tan terrible que ocurrió entre ellos? Es una pregunta que me causa mucha curiosidad.

—Tienes un gran cariño a tu padre, Asher, se nota por la forma en que relatas tus anécdotas de pequeño.

Asher le dio una enorme sonrisa a mi madre.

—Bueno éramos muy unidos cuando pequeños, siempre fui su hijo preferido y mi hermano era de mi madre, así que siempre estábamos mi padre y yo practicando algún deporte juntos.

Le doy un pequeño sorbo a mi café y Asher juega con los dedos de mi mano libre.

—Yo siempre quise tener otro hijo más, pero...—Sus ojos se llenaron de lágrimas y tomé con fuerza su mano—. No se pudo, pero tengo pensado en adoptar es algo que hemos estado hablando con Kaira.

Sonrió con emoción porque es una idea que me emociona mucho y apoyaré a mi madre en todas sus decisiones para que ella vuelva a sonreír y ser feliz. Mi madre levanta nuestros platos y nos deja un momento a solas.

—Tu madre se ve muy feliz en su nuevo departamento—comenta Asher, apartándose un mechón de su frente.

—Sí, estoy muy contenta de que ella vuelve a sentirse viva y que no tenga ese miedo—muerdo mi labio inferior porque hoy día mi abuelo me llamó diciendo que ese hombre había sido liberado, pero que tiene una orden de alejamiento—, pero me preocupa que ese hombre se vuelva acerca a mi madre.

Asher me abrazó con fuerza.

—Bueno me puedo quedar unos días con ustedes—me susurra Asher con voz ronca—. Además, tu madre ya me ofreció que me quede unos días con ustedes, claro, al menos que tú quieras pasar tiempo a solas con tu madre.

Solté una risa y le di un pequeño beso en sus labios en donde él hizo un puchero.

—No, me molesta que te quedes aquí y me sentiría más segura contigo y creo que mi madre también—tome un mechón de su pelo negro—. Y te echo de menos Asher.

Él soltó una risa ronca.

—¿En qué sentido me echas de menos, mi diosa? —Preguntó con un tono de voz presuntuoso y tomó mi cara entre sus manos—. Porque ayer estuvimos juntos en una cita en un restaurante, entonces no entiendo porque me extrañas tanto, mi diosa, si estoy aquí—se burló.

Mis mejillas se tiñeron de roja y él acarició mi mejilla con su pulgar que me hizo estremecer por completo. Vale, lo extraño en plan sexual porque no hemos estado juntos casi dos semanas desde que lo hicimos en el baño de su estudio.

Él se inclinó hacia mí y su respiración chocaba con mi cuello haciéndome soltar un pequeño suspiro de placer.

—¿Estás nerviosa, mi diosa?

Negué con la cabeza y él me dio un pequeño beso caliente y húmedo en mi cuello que me hizo cerrar los ojos con fuerza. Su mano acarició mi pierna con cuidado haciendo que mi cuerpo temblara por esas caricias. En ese momento escuchamos los pasos de mi mamá y nos separamos rápidamente.

Mi madre entró con dos pequeños platos con el postre y los dejó en la mesa con una enorme sonrisa y tomó asiento en la silla frente a nosotros.

—Gracias, mamá.

—Gracias, Jessica por el postre—respondió Asher con una radiante sonrisa que podría derretir a cualquier mujer.

—¿Oye mamá cómo te va de nuevo en bufete de abogados? —Pregunte con curiosidad.

Insuperable EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora