Capítulo 1

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Me remuevo en mi cama de un lado a otro y estiro mi mano para apagar la maldita alarma de mi celular en donde la pongo a posponer por otros cinco minutos más. Cierro los ojos, pero en ese momento mi puerta se abre y entra mi mejor amigo con una enorme sonrisa. Lo miro de reojo y anda sin polera solo con la parte de debajo de su pijama.

—Despierta dormilona.

Niego con la cabeza y me tapo con la almohada, no quiero levantarme, me niego a ir de nuevo a la universidad. Emilio me arranca la almohada y me la tira encima de la cabeza en ese momento vuelve a sonar la maldita alarma.

—¿Qué quieres, imbécil? Me quitaste cinco minutos más de sueño.

Me senté en la cama y aparté mi pelo. Él sonreía moviendo de un lado a otro un porro de marihuana. Estiró la mano y tomó encendedor mi mesita de noche.

—Vamos a ponernos happy antes de ir a la universidad.

Observe cómo él prendió el porro y se lo llevó a su boca dándole una enorme calada y estiró su mano para pasármelo. Me quedé mirando el porro y miré de reojo el reloj que había en mi pared recién eran las ocho de la mañana.

—Es un poco temprano, ¿no crees?

Emilio se encogió de hombros y tomó el porro antes de darle una calada profunda que hizo que mi garganta me quemara por dentro, pero aun así lo disfruté.

—Es nuestro tercer año de universidad—me sonrió de lado y varios mechones de su pelo castaños cayeron en su frente. Es guapo mi mejor amigo—. Queda poco para salir de esta mierda y después de eso tendremos que trabajar toda una vida, es el momento de vivir el momento.

Doy otra calada y le tiré el humo en su cara, él se rio y tomo un mechón de mi largo pelo negro.

—La misma mierda que el año pasado—me encojo de hombros—. Amigos, fiestas, trabajo y estudios. Misma rutina de cada año Emilio.

Doy la última calada antes de entregárselo a él. Me paré de mi cama y me dirigí al armario y saqué un pantalón de mezclilla y una polera negra de tirantes. Sentí como le da una enorme calada y después comenzó a toser sin parar.

—Cuidado guapo, que te puedes morir antes de que pongas los pies en la universidad si no lo llevas con calma—lo pinché.

Soltó una risa, pero aun así seguía tosiendo. La verdad es que una de las cosas que más duele cuando estás fumando marihuana, es esa sensación que te está quemando la garganta cuando le das una calada muy larga además que te vuelas más rápido. Me metí dentro de mi baño y tomé toallas en el cajón que tenía en mi baño.

Cuando estuve lista salí del baño y no vi a Emilio y de seguro estaba en su pieza arreglándose. Me miré al espejo y se nota que estoy un poco volada, pero he ido peor. Revisé mi celular y vi que tenía un mensaje de mi amiga Rebeca, Alex y Damián.

Los respondí y me volví a mirar al espejo donde unos grandes ojos verdes me devolvían la mirada. Me observe y tome mis gotitas para los ojos por si acaso. Entré en la cocina y saqué una manzana con una leche.

—¿Estás lista, Kaira?

Asentí con mi cabeza y tomé mi mochila. Observé cómo andaba vestido mi mejor amigo, tenía puesta una polera de color verde y pantalones negros con su clásica zapatillas blancas.

En ese momento vibró mi celular y se lo entregué a Emilio, quien observó el teléfono y me lo devolvió. Lo miré un largo segundo antes de cortar la llamada Alex.

—¿Cuándo vas a terminar con ese pobre chico?

Hice una mueca porque sentí un pinchazo de dolor.

Insuperable EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora