Listen to me [Tamaki Amajiki]

12| L'istesso

__________.

Y finalmente habían llegado las vacaciones... pero no para mí.

Para empezar, mi muñeca sufrió un esguince, por lo que ni siquiera podía entrenar. Además de que recibí un fuerte regañó de mi padre por no cuidar mis manos como es debido.

La apertura de la Academia era en un par de meses y mi papá estaba muy apurado, por lo que yo pase a ser secretaria de él, y descubrí que es el peor manteniendo su vida controlada.

—________ ¿has vis-

—En tu saco —respondí sabiendo que hablaba de las llaves del auto.

Él las encontró y se fue dejándome en casa. Era Domingo, y faltaba poco para volver a clases, en realidad no quería volver. No extrañaba la tarea, ni levantarme temprano. Y mucho menos ver a Shiroi mirándome feo.

Estaba en completa paz.

Mi teléfono vibro, era un mensaje de Nejire y otro de Mirio. Hablaban sobre ir a un parque de diversiones. Tomé mi celular y le envié captura a mi padre con la esperanza de que me dijera que no. Ya que, no quería salir.

Me dijo que como yo quisiera, a veces detestaba que fuera tan liberal. Solté un suspiro y les dije que sí.

Me puse lo primero que encontré y pensé seriamente si peinarme. Me negué y salí así.

Nos quedamos de ver en la estación y a última hora me enteré que Kesshō, Kazan y... Shiroi también vendrían.

Entramos al lugar y me puse completamente incomoda al sentir la mirada de aquella chica.

¿Qué he hecho yo para ganarme este desprecio?

—Tierra llamando a la violinista amargada...

El ligero golpe que le dio Kazan a mi cabeza me sacó por completo de mi fase depresiva.

—¿Mande?

—Que si quieres ir a la casa de terror primero.

Me quedé pensando... Me daban miedo esas madres, me ponía toda nerviosa y esperar a que una persona disfrazada me espante.

—¿Podemos mejor ir primero a la montaña rusa? —pregunte señalando la y justo en ese momento pasó y se oyeron los gritos a lo lejos.

—¿Le temes a muñecos y no a ir 240km/h?—me dijo Kazan burlon.

—Hay prioridades...

Finalmente nos decidimos por separarnos; Mirio, Tamaki y yo iríamos al resto de los juegos. Nejire y Kazan irían a la casa de los sustos, y Kesshō y Shiroi irían a la casa de los espejos.

—¡A la montaña rusa! —gritó Mirio levantando su brazo y señalando el juego.

—¡A la montaña rusa! —grité levantando mi brazo y el de Tamaki, él sólo murmuró.

—¿Te encuentras bien? —le pregunté a Tamaki. Por algún motivo quería hablar con él, y él hecho de saber que vendría me causó alegría.

—S... —el bajó su mirada y colocó una mano en su nuca. —No... No me gustan... Los lugares con mucha... Gente...

Admitió y me causó demasiada ternura. Yo le di un ligero codazo jugando.

—A mí tampoco. La "_________" sociable se va muy pronto —reí. —Pero, si te sientes nervioso, puedes tomar mi mano. Te cuidaré de las personas que te hagan sentir así.

Le afreci mi mano y la miró sorprendido un tiempo y pude ver su rostro enrojecer pero finalmente tomando mi mano.

Mi corazón comenzó a latir rápidamente y empecé a sentirme nerviosa. Apreté su mano sonriendo le, su mano era cálida. En cambio la mía era fría.