29| Tessitura

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Sentía mi corazón latir con fuerza, una enorme felicidad que intentaba ahogar el pánico de salir corriendo justo ahora.

Nos separamos y cruzamos miradas, ella estaba realmente sorprendida, incluso las lágrimas habían parado.

Sólo la abracé mientras ocultaba mi rostro entre su cuello y su clavicula, aspirando su aroma.

Pude sentir su respiración calmarse y entonces también me abrazo, apegandome aún más a ella.

¿Realmente lo había hecho? ¿Qué significaba para ella ahora?

Y entonces escuché un fuerte golpe. Ambos volteamos a la puerta y ahí estaba Kazan.

—Oh... ¿Interrumpo algo? —ambos nos quedamos unos segundos observándolo y entonces nos separamos, yo me alejé hasta el otro extremo de la habitación.

Escuché su risa y entonces se acercó a __________, dándole un golpe en ls cabeza con un folleto del hospital.

—¿¡Qué demonios?! ¡¿No ves qué estoy malita!?

—Muy malita y te andas besuqueando a Amajiki —le dijo aún con su lenguaje de señas pero tenía la costumbre de repetirlo.

Ambos nos sonrojamos completamente avergonzados.

Estuvimos un rato ahí, habiamos traído unos dulces. Kazan se había metido a escondidas, así que lo más probable es que ahora era un fugitivo de las enfermeras.

Pasó el tiempo de visita y nos tuvimos que ir, aunque yo me hallaba verdaderamente feliz y nervioso.

—Nos... Vemos luego —murmure sintiendo mis mejillas complementamente rojas.

Ella asentía también con un sonrojo notable. Me comentó que estaba aprendiendo a leer los labios.

—Hasta luego, pervertida —ella lo golpeó y él rió más fuerte.

—Prometo arreglar esto... —murmuró antes de irnos.

♪♪♪

Pasaron los días y Kazan no tardo en ir de chismoso a contarle a todo lo ocurrido a Mirio y Nejire.

—¡Entonces ya son novios! —Gritó ella revoloteando al rededor mío.

—No.. No lo somos..

—¡Entonces son prometidos!

—Tampoco.

La mañana siguió así y entonces encendí mi celular. Al cual se le había terminado la batería en la noche.

Me llegó un mensaje de su parte.

«Estoy bien, volveré en unos días»

No pude evitar sonreír. Así que sí volvería a la escuela.

Las clases siguieron normal, aunque no podía evitar pensar en aquel beso.

Llevé una mano a mis labios sintiendo una calidez indescriptible en mi pecho.

¿Esto era estar enamorado?

Aunque tampoco podía dejar de pensar en todo lo que estaba pasando ella. Su kosei, Shiroi... Ella no era mala persona, en lo absoluto. Si lo fuera ya hubiera acabado con esa chica albina.

¿Cómo podía ayudarla? No se me ocurría ninguna buena idea, más que hacerle saber que estaba con ella de manera incondicional y hacerla feliz por lo menos para hacerle olvidar todo lo que estaba pasando un momento.

Listen to me [Tamaki Amajiki]Where stories live. Discover now