35| Apoyatura

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Habían pasado un par de meses. Mi audición en mi oído derecho había vuelto casi en su totalidad, mientras que él izquierdo seguía en "mute".

Y... digamos que mi carrera musical de la nada dio un salto enorme.

Kazan me obligó a subir una canción original al canal de YouTube y... fue tan caótico. Es decir, hubo comentarios malos, tal y como lo esperaba, pero Dios. El video se hizo viral, y ahora estaba firmando un contrato para hacer un ¿álbum?

Señorita Ongaku, señorita Ongaku.

—¿Ah si? ¿Qué? —salí de mi viaje astral y aquella chica suspiró, entregándome el contrato.

Mi papá me dijo que no perdiera la oportunidad, dijo que podría ser mi manager, pero que no lo tomaría como una traición si me iba con otro. Chantaje, ¿dónde?

Y lo que me estaban ofreciendo era realmente bueno, aunque aún me sentía como en una montaña rusa... si, vomitaría en cualquier momento.

—Sí, lo siento —releí el contrato y aspiré aire. Había leído las letras chiquitas y todo.

—¿Y? ¿Ya pensó en su nombre artístico? —me preguntó ella y mi mente quedó en blanco.

Y entonces sonreí...

Lyric —dije, después de todo había sido mi nombre de héroe y planeaba salvar gente con mi música. Con las letras de mis canciones.

Sonreí viendo el contrato y firme.

Salí de la disquera completamente emocionada, corriendo por la ciudad con mi contrato en la mano.

—¡Voy a ser famosa! —grité y todos me miraron como bicho raro. Ahí me sentí avergonzada.

Y regresé a casa como lo haría una persona normal.

—Ya llegué —anuncié y ahí estaba mi papá junto con algunos de los niños que tomaban clases de guitarra.

—Hey, ¿cómo te fue? —me saludó y le mostré el contrato orgullosa. —Oh... así que sí me traicionaste.

—Dijiste que no lo tomarías así... —dije mirándolo feo mientras podía verlo "sollozar".

—¡Eres la chica de la canción! —dijo una de las niñas, empujando a mi padre. Quedé muda con su súper fuerza.

—Oh... ¿me conoces? —murmuré y ella empezó a asentir.

—¡Me gustó mucho, el ritmo es pegadizo. Quiero aprenderla en guitarra!

En ese momento me sentí avergonzada... la canción hablaba del Cielo e infierno... no era para que una niña de ocho años me dijera que le gustó.

—Oh... que bueno, échale ganas —dije apenada dando unas palmaditas en su cabeza.

—¡Tomate una foto conmigo y se la enseñare a mis amigos! —dijo tirando de mi brazo, hice una mueca de dolor. Era increíblemente fuerte.

¿Esto era tener fans?

—Sí, pero suéltame, por fis...

♪♪♪

Me hallaba junto con mis amigos, los acompañé a la prueba de sus vestuarios para la graduación.

Ah, me daban ganas de llorar. Serían héroes profesionales y salvarían a cientos de personas.

—¿Qué opinas, ______-chan? —me preguntó Nejire, la cual salió modelando un vestido rojo.

—Demasiada belleza para mis ojos.

Ella corrió por el lugar feliz de mis palabras a verse a un espejo.

—No lo sé, siento que la corbata no ayuda... —murmuró ahora Kazan saliendo con un traje color vino.

—Pareces un modelo de perfume —dije a la par de que alzaba mi dedo pulgar, él sonrió.

—YO nací guapo.

Mirio también salió con un traje azul eléctrico, pero de ese azul de mírame ahuevo. Así que se fue a cambiar.

Y entonces salió Tamaki completamente avergonzado. Era una camisa blanca como en todos, pero tenía un chaleco gris con bordes lila y él sacó era negro.

Cubrí mi boca para que no se viese el sangrado nasal que tuve en ese momento.

—Te ves hermoso —dije aún capturando aquella imagen en mi cerebro.

Su rostro se volvió rojo y comenzó a murmurar cosas inentendibles.

—¿De verdad te gusta? —preguntó aún sin mirarme, yo asentí rápidamente.

—¿A ti te gusta? —le pregunté levantando su rostro, él asintió levemente. —Que bueno, porque te ves DI-VÍ-NO.

El rió levemente y pasó sus manos con delicadeza por mi cintura.

—Gracias —susurró y yo le sonreí.

—¡Este es el bueno! —salió Mirio con ahora un vestido rosa salmón. —Oh... ¿interrumpí?

Ladee mi cabeza un poco confunda y entonces caí en cuenta de qué tal vez le resultaría un poco incómodo a Tamaki, él cuál comenzó a temblar un poco nervioso mientras yo negué.

—Ese se te ve mejor Mirio, pide que te acomoden los tirantes... —él asintió a la par que movía sus brazos raro.

—Ya no interrumpiré sus cochinadas. —dijo al irse, ahora ambos estábamos completamente rojos.

♫♫♫

La ceremonia había dado inició. Estaba realmente emocionada, creo que más que ellos que se iban a graduar.

Los profesores estaban ahí, junto con algunos chicos de primero y otros de segundo.

Cada uno recibía su diploma y era llenado de aplausos... no me arrepentí de no aplaudirle a la güera desabrida.

Y lo que siguió fue la fiesta. Di un trago a mi copa de vino blanco mientras veía a Mirio sacar a Nejire a bailar.

Tamaki se sentó a un lado mío y se recostó en mis piernas. Definitivamente este no era su ambiente.

—Felicidades graduado. —le dije mientras acariciaba su cabello.

—Abriré una agencia... —dijo, abrí mis ojos sorprendida y luego sonreí.

—Eso suena grandioso.

—Cuando lo haga... ¿puedes ir a la inauguración? —preguntó viéndome de reojo, yo sonreí y quite aquellos mechones que ocultaban su bello rostro.

—No me lo perdería por nada del mundo.

Él sonrió y quedé ciega por aquella bella imagen. Se levantó y se acercó a mi rostro.

Te amo... —me susurró y mi corazón dio un vuelco por completo.

Cerró el espacio que quedaba, atrapando mis labios. Sonreí levemente y coloqué una mano en su nuca para acercarlo aún más a mí.

También te amo.

Y entonces sentí que después de mucho tiempo, estaba en el lugar correcto. Me sentí escuchada, completa y amada.

 Me sentí escuchada, completa y amada

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Listen to me [Tamaki Amajiki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora