Listen to me [Tamaki Amajiki]

03| Arco

________.

Habían pasado unas semanas desde mi entrada a la U.A. Y lejos de lo que podía pensar, todo iba bien... misteriosamente.

Es decir, no hablaba ni ubicaba a la mitad del salón, y tal vez me peleaba de vez en cuando con aquel chico pelirrojo... y una que otra vez la chica platinada me sacaba de quicio pero... detalles.

Caminaba rumbo a la escuela, pero antes había pasado por una café a una cafetería cercana. Sabía a gloria.

Seguí caminando con mi café en mano, mientras sentía mi celular vibrar, pero no iba a contestar. De pendeja sacó el celular a media calle. Gracias, Latinoamérica.

Entre a la U.A. recordando que ayer Nerumi-san habló sobre un entrenamiento de combate, pero en ese momento me había puesto a pensar en si cerré la ventana de mi cuarto, por lo que no sabía lo que había dicho.

Llegué al salón donde se hallaban varios.

—Buenos días —salude con la esperanza de que nadie me contestará, pero todos los presentes me respondieron casi gritando, sólo me senté sin saber qué responder.

—Buenos días, chica nueva. —me dijo aquel pelirrojo molesto. Solté un suspiró, es muy temprano y no desayuné.

—Tengo nombre, lo sabes ¿o tienes algún tipo de retraso? —respondí agresiva, él me miró con su sonrisa burlona.

—Amanecimos bravas, eh. —tomó mi café y lo destapó para inspeccionarlo. Eso fue cruzar una línea muy peligrosa. —¿Tienes 40 o porqué bebés tanto café?

Lo arrebate de sus manos y lo empuje de mi butaca, que era donde estaba sentado. Cayó de un golpe secó al suelo, lo que me hizo reír.

Antes de que me pudiera reclamar, entró Nejire saludándome.

—¡________-chan, buenos días! —me gritó casi en el oído, yo sólo le sonreí. —Oh... Arau-kun ¿por qué estás en el suelo?

—Saluda a las hormigas, obvio —respondí mirándolo burlona, él me miró completamente enfadado.

—¿En serio? ¿Puedes hablar con las hormigas? —Nejire se agachó a su altura. —Hola Hormigas, soy Nejire, un placer.

Comencé a reír por la inocencia de la chica, mientras que seguro, Kazan pensaba en mil maneras de asesinarme.

Nerumi-san entró tras el resto de alumnos que faltaban, pero ella tenía una sonrisa... esa sonrisa no se podía significar nada bueno.

—Espero se hayan preparado para el entrenamiento especial de hoy.

Palidecí al instante. Me acerqué a Nejire.

—¿Tenía que traer algo? —pregunté.

—Sólo no haber desayunado. Normalmente todos vomitamos.

Sentí un escalofrío recorrer mi espina dorsal. Mi cafecito, todo menos mi cafecito.

Tomamos la clase de inglés como era normal, y al dar la tercera hora nos enviaron a cambiarnos.

—Piensa cosas felices, _______. —me decía a mí misma tras haberme cambiado y sólo ajustaba la parte que aparentaba un saco de mi traje.

Mi abuelo fue el encargado del diseño de mi traje.

La parte de arriba era similar a un traje, con mangas algo bombachas que según él, eran como los trajes de antaño. Tenía un pequeño corsét adornado con notas musicales negras, y de bajo, traía lo que yo llamaba cola de pato abierta. Similar a un traje de orquesta.