23| Ad libitum

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_________.

Estaba cansada... era extraño no oír nada, sólo sentir las vibraciones de las cosas, de lo que debería de ser el sonido. Pero...

Me sentía en paz.

Lógicamente la noticia no me agrado, pero era una nueva forma de ver la vida.

Y ahora no tendría que ser una heroina ni tampoco una música fracasada. Yei, renunciar.

Solté un suspiró y me tiré sobre la cama del hospital viendo mi brazo izquierdo en donde estaba un vendaje.

Estaba evitando todo, incluso a mis amigos...

Amigos... ni siquiera sé si ellos me consideran aquello.

Vivir tanto tiempo aislándome a mí misma... traumaaas.

Y ahora estoy hablando con mi voz mental.

La puerta de mi habitación fue abierta y ahí estaba él. Tamaki.

Tamaki... —murmuré pero no escuché nada. Sentí una opresión en mi pecho por aquello.

Él se acercó a mí entregándome un ramo de flores mientras temblaba ligeramente, le sonreí para intentar calmarlo, y entonces se sentó a un lado mío.

Ambos nos miramos por segundos que parecieron minutos.

Sacó su celular y comenzó a escribir. Me llegó un mensaje al instante.

«Lo siento, no sé qué decir.»

Sonreí entre triste y enternecida. Obvio, ¿qué le dices a alguien que acaba de perder la audición? Ni siquiera te va a oír JAJAJAJAJA.

Sonreí ante mi propio chiste y negué con la cabeza.

Es... —inclusive hablar me costaba. Mejor escribí.

«Está bien. No estoy triste»

«¿Por qué me estabas evitando?»

Mis manos temblaron y lo miré. Sus ojos reflejaban tristeza y angustia.

«No quería que me vieras así»

«Entiendo. A mí tampoco me gusta que la gente me vea, ni que me hable, ni que se me acerque.
No me gusta que interactúen conmigo en general»

Solté una carcajada al leer su último mensaje y una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.

«Gracias por darme el honor de interactuar contigo, entonces.»

Sus mejillas se tornaron rojas y apartó levemente la mirada.

No sé cuánto tiempo estuvimos "hablando" pero realmente lo disfruté.

Él se fue finalmente, antes de irse me miró como tratando de comunicarme algo.

Lo miré esperando pero nada, y entonces me abrazó. Fue un abrazo muy fuerte, podía sentir su calor, un abrazo que me hizo sentir indefensa. Mis ojos se cristalizaron y me oculté en la curvatura de su cuello.

Gracias... —murmuré, aunque yo no me pudiese escuchar.

Él me miró una última vez, alejándose con sus mejillas enrojecidas y entonces abandonó la habitación. Solté un gruñido y me dejé caer en la cama.

Mi corazón latía con fuerza... ¿un infarto? No...

Mi rostro se sentía caliente... ¿fiebre? Tampoco...

Mordí mis uñas sabiendo lo que era. Tanto tiempo y simplemente no quería verlo.

Me gustaba Tamaki...

Y es que... ¿Cómo no?

Es un pedazos de cielo en la tierra, es tan lindo, amable, educado... y que sea tan tímido lo hace tierno, pero es inteligente, aplicado y fuerte. Además es un papusho, su cara parece tallada por los mismos ángeles.

Es todo lo contrario a mí.

Pero ahora, en lo que menos podía pensar es en mi enamoramiento por Tamaki, a él le gustaba Nejire.

Y es que bueno, hasta a mí me gusta la Nejire.

Iba a gritar pero él que yo no me escuchara no significaba que el resto tampoco, no quería infartar a medio hospital.

♪♪♪

Tamaki.

Caminé feliz por los pasillos del hospital, sólo tenía permitido una hora y me encontré con una enfermera saliendo, justo en ese momento salía una enfermera.

Ella me dio una pequeña sonrisa yo sólo bajé mi mirada. Y me permitió entrar, ella al verme sonrió.

—¡Tamaki! —dijo ella al verme y me hizo una señal. —¡Ven, ven, ven!

Golpeó a un lado de la cama indicándome que me sentara a lado de ella. Lo hice y ella me sonrió de una manera hipnotizante.

—Mira. —se sentó mejor haciendo que quedáramos frente a frente. —Yo... —comenzó a hacer señas, lo que me dejó sorprendido. —Estoy... aprendiendo... señas... pero... —sus manos se detuvieron y se quedó seria. —Ya se me olvidaron.

Tomó de nuevo el libro que tenía alado y lo leyó de manera intensa. No pude evitar sonreír al verla hacer eso. Tomé el Pizarron que mantenía alado suyo y escribí.

«Lo haces genial»

Ella sonrió y pude ver un ligero color carmín aparecer en sus mejillas, también me sentí ligeramente avergonzado.

—¡Me aprendí el abecedario! —dijo alzando ahora sus brazos.

«Muéstrame»

Sus ojos brillaron con ilusión y asintió. Podría pasar horas viéndola.

Pasó la hora correspondiente y tuve que salir. Me despedí de ella, en verdad quería que volviese a clases pero sabía que se estaba negando.

Vi a Leandro-san entrar a un cuarto, me acerqué para saludar.

—No podemos hacer nada... no ha utilizado su Kosei. Su mal uso fue lo que la llevó a perder la audición.

—Entonces... será permanente —habló casi murmurando.

—Ella no se quiere recuperar, es como si no quisiera poder recuperar su audición.

Sentí una opresión en mi pecho... ¿ella no quería sanar?

No pude evitar el notar como es que ________ se veía más feliz que nunca, su sonrisa... sus ojos, había un brillo completamente diferente.

Se veía feliz, sin ningún pesar...

No quería soñar egoísta pero pensar en aquello me hacía sentir completamente afligido, él que ella nunca volviera a escuchar mi voz. En verdad... ¿ella prefería eso?

Sonreí triste, eso era lo que ella quería... ¿verdad?

Listen to me [Tamaki Amajiki]Where stories live. Discover now