SIN ESTRELLAS, ESTRELLA

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¿Dónde están mis estrellas, estrella?

No parezco anormal.

Anhelar cosas normales, quiero;

anhelos normales que son estrellas.

Estrellas filiales,

amistosas o enamoradas estrellas

que todo el mundo tiene o quiere,

que todo el mundo tiene

y conserva o quiere conservar.

Ora risa, ora lágrimas.

Todo y todos tienen estrellas, pero yo no.

Pero no parezco anormal;

aún así se me caen al no.

Si las tuve, se me han caído todas y pienso si seré el reo,

reo culpable de mis sin estrellas,

y me pregunto...

¿Dónde están mis estrellas, esas que la gente ama y anhela tener?

¿Esas estrellas que todos tienen menos yo, reo?

Debo haberlas tirado yo, estrelladas contra el fondo de los suelos.

Nada es importante. La anormalidad es importante.

Quizás soy nada y eso me hace importante,

importante anormalidad asumida.

Si mañana me conoces, no te engañen mis aspectos;

parezco normal, pero es falacia.

Soy reo confeso sin estrellas, sin firmamento que mirar, sin cielo al

que aspirar,

y eso, estrella, me hace ver importante.

¡La importante nada encarnada en mí!

Soy, has de saber, una larga noche sin estrellas que darte a mirar;

hombro manchado de cal de muro,

boca con roce que no beso y manos que no ansían retener agua,

aun muertas de sed.

Por eso, estrella, cuando me vislumbres o si otrora se dio,

mira para otro lado y pasa de largo,

sobre todo, si quieres ver un cielo estrellado.

Y me pregunto... Si las tuve,

¿dónde fueron a parar mis estrellas

dejando ennegrecido el firmamento este mío?

Godoylicismos. Los Estados del AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora