Si se parecieran y aunque se parecieran;
no quiero cuarto menguante,
elijo la creciente luna.
Aunque se parecieran, lo prefiero.
No quiero que nada robe mi luna llena;
detesto ese avance paulatino y oscuro,
ese que la dichosa noche otorga.
Quiero la Luna llena;
quiero a la Luna toda.
Resplandeciente y ufana de ser redonda, quiero,
orgullosa y protagonista
luna llena que ocupas todo.
Cuando te miro, te quiero toda,
cuando te quiero, te quiero toda.
Redonda, iluminada y orgullosa.
¡Antes la noche negra que la media luna!
Ayer, por decir ayer, te vi.
Miraba al mar y te vi.
Quebrada, móvil y vislumbrada,
dos lunas vi.
Vi la luna, la real y pude disfrutar de ti.
Parada sobre la superficie del mar.
¡Preciosa, quebradiza luna!
Entre ambas, todo iluminado
de ese azul, ahora; naranja otrora, pero siempre esfera.
¡Redonda, llena luna de toda luna!
Y yo lleno de luna. Toda tú, todo luna
y contigo, todo yo iluminado de ti, luna
No te quiero menguante,
no te quiero creciente,
pero si he de elegir, será creciente;
preludio de mi luna toda, mi luna llena.
Ayer, de noche y en medio, lloré;
lloré por temores y añoranzas
que inundan mi alma toda.
Entre lágrimas me acerqué a la ventana.
En medio de la noche estabas
entre brumas nubosas compartidas.
Compartías cielos con ellas
y celoso yo del espacio que ocupan las estrellas
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Godoylicismos. Los Estados del Alma
SpiritualLibro de cabecera, para leer despacio y encontrar las similitudes que cada una de las almas tienen. Cada unos de los relatos, cortos o largos, pudiste escribirlos tú. Como cada alma, seguro que has sentido. Dime qué tipo de sentimiento y quizá haya...
