LA OLA ETERNA

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¡Cómo son los anhelados depósitos de la mente, de la mente y del alma!

Mantenemos en ellos las ansias y los deseos, en espera de la llegada

del príncipe azul disfrazado de momento, y lo vertemos con

ímpetu, con la misma intensidad y compulsión 

que como estaban comprimidas.

Quizá mantenemos la secreta ilusión de verlos cumplidos, 

aun sin la esperanza manifiesta;

 no por ello menos utópica.

¡Claro que tenemos derecho! Le gritamos a nuestro yo 

cuando no al otro interlocutor.

¡Cuánta esperanza ponemos en el empeño! 

Y cuánta energía gastamos en el desarrollo del intento. ¡Vana energía!

No es preciso desgarrar el molde anímico que la envuelve, 

siendo no menos cierto que el interés transmitido, 

si es que anida en el otro, no requiere de dosis de insistencia alguna.

¡Sé paciente, ahorra compulsión!

¡No pongas en juego la esperanza envuelta en el celofán 

de la promesa improvisada! 

Son los susurros los que llegan y, de llegar, llegan al primer susurro.

El Sol no nace antes porque nos levantemos más temprano.

¡Sé paciente; da sin ánimo de recibir!

¡Ofrece de tí lo que puedes dar sin la sensación del regalo baldío!

¡No quemes reservas anímicas 

y nútrete de lo que consigues cada día! 

En la escasez del gota a gota futura está 

y será el momento de usar las reservas... Y deberás tenerlas.

Una semana parece un mundo, pero en realidad solo lo parece.

Unas horas preñadas de empatía  y descubrimiento fortuito 

no forjan más que castillos de naipes que no soportan una brisa.

¡Sé paciente...!

Expande de forma sosegada tu esperanza y asegúrate de que la

siembra tiene visos de florecer. 

Da con mesura y trata de recibir solo lo que en realidad te sea útil, 

solo aquello que puedas interiorizar y digerir.

¡Cantidad por cantidad solo genera extenuación 

y cierta dosis de confusionismo!

¡Sé paciente!

La Naturaleza ya inventó las pautas aún vigentes:

Gatear, Caminar, Correr...

Si la presión de la crítica pertinaz genera en el otro agotamiento, 

la ilusión desenfrenada no produce menor efecto, 

ora al emisor, ora al receptor.

¡Sé paciente!

Tienes tanta vida, tanto que hacer y que decir, 

que te puedes permitir disfrutar del paso y del trayecto.

¡Sé paciente!

La presión al ídolo de barro lo puede convertir en polvo, 

y quizás no lo merezca. 

No exijas desde la presunción y deja que la ilusión y el tiempo 

moldeen a ese del que anhelas nutrirte. 

Da tiempo, a ti, a él y al tiempo mismo.

Huye de la desilusión si no llega a ser, 

o no es lo que quisiste que fuera o creíste haber encontrado, 

al menos en todo su completo.

¡Sé paciente!

¡Sé magnánima!

¡Sé tú, pero deja ser!

Y por si acaso, perdóname si no llego a ser lo que tú creíste

 en tu ignorancia inocente.

Te lo digo en un momento de nuestro hoy,

quizá para salvar momentos de nuestros mañanas.

La inspiración y anhelo generado en unas horas no puede destruir

y hacer falaz el momento mismo y mucho menos dejarlo en el

olvido, solo porque la ola no sea eterna.


PD. Reflexión de hace pocas horas (una hora de la mañana del

sábado 30 de agosto en Coruña), expresamente para ti, nadie...

Con mucho cariño intrínseco.

¿Por qué a ti? ¿Y por qué no?

Godoylicismos. Los Estados del AlmaМесто, где живут истории. Откройте их для себя