Doce lunas quiero,
una por cada mes del año.
Cada luna que quiero,
una por cada mes del año,
será llena y fulgida
tal cantó el canario aquel.
Azulada, turgente y
muy, muy llena de toda ella.
No quiero estrellas.
No quiero estrellas
que opaquen su protagonismo.
No quiero el tiempo.
No quiero el tiempo
que discurre en la noche.
No quiero que la noche
deje de amamantar
a su cría preferida
ni quiero hurtar el alimento
que esconde mi luna clara.
En medio de cualquier vasto amanecer,
quiero a la tierra paralítica.
Mis doce lunas llenas
deben resplandecer
cada una, cada noche.
Cada noche, una luna
y con cada luna,
tu cara nueva iluminada
por cada luna.
De noche, tu cara.
De noche tú, luna
y yo, en la noche.
Y yo, con la luna;
y contigo, creeré
que el tiempo no discurre
como no discurre la noche iluminada
en un lienzo nocturno, iluminado.
Quiero mis doce lunas
en medio de la noche,
y sentado en el sendero,
sendero verde de mi orilla,
creeré que paralicé el tiempo
y que mi amor por ti será eterno.
Hay tanto que escribir sobre el amor
que quizá doce lunas
en medio de la noche
y sin estrellas hurtadoras
se quede corto,
y también mis doce lunas,
pero no tú. No tú
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Godoylicismos. Los Estados del Alma
SpiritualLibro de cabecera, para leer despacio y encontrar las similitudes que cada una de las almas tienen. Cada unos de los relatos, cortos o largos, pudiste escribirlos tú. Como cada alma, seguro que has sentido. Dime qué tipo de sentimiento y quizá haya...