LA VIRTUD INSPIRADA

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La virtud explícita es opaca 

para quien no tiene la virtud de reconocerla.

Si ocurre, si aprecias la virtud en el otro, si se da la magia,

esa magia hará traslúcida tu propia virtud, la tuya.

En realidad, la virtud propia y ajena habitan en un raro gen,

inmerso en un alto nivel crítico que explosiona en ese indefinido momento...

Ese momento, cierto, no es abstracto 

y lo sabes en el instante en que la aprecias en la persona adecuada.

Si ese nivel empático no brota, 

el hecho no pasará de ser un espejismo.

¡Cuando brota...! ¡Dios! Si brota,

es la excelencia en tu interior.

Godoylicismos. Los Estados del AlmaWhere stories live. Discover now