Capítulo 7©

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Liviana miraba su nuevo hogar, no estaba mal para ellos, era una enorme mansión y con un jardín precioso, como le gustaba a ella, solo faltaba su deseada fuente en medio de este

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Liviana miraba su nuevo hogar, no estaba mal para ellos, era una enorme mansión y con un jardín precioso, como le gustaba a ella, solo faltaba su deseada fuente en medio de este. El personal que trabajaría allí la esperaba para presentarse, estaba nerviosa, no sabía cómo la recibirían, y lo más importante, no sabía cómo llevar una casa, sin duda alguna necesitaría de su nana ahí con ella.

¿Dónde está Marcus? — Se preguntó Liviana.

Él debería de estar ahí con ella para recibir a los empleados y entrar juntos a su nueva casa, donde vivirían juntos. Un carruaje entró a la propiedad y su corazón saltó al imaginarse que ese sería Marcus. Grande fue su decepción cuando de este descendió un hombre, el cual había visto en varias ocasiones hablando con Marcus.

—Buenos días milady— saludó el hombre apenas llegó a Liviana tomando su mano para besarla, sí, todo un caballero, Liviana lo miró y pudo notar sus ojos color miel, su cabello castaño, rasgos finos y hermosos, maduros y varoniles. Su apariencia  era muy parecida a la de Marcus, alto y con músculos anchos.

—Buenos días…

—Anthony Ross, duque de Beaufort, soy el mejor amigo de su esposo, milady — respondió él —. Es un placer conocerla al fin, ya que no habíamos tenido la oportunidad de que nos presentaran.

—Es un gusto para mí también, excelencia. Aún no conozco a los amigos de mi esposo, y además está el hecho de que es mi primer temporada, por eso no pude reconocerlo.

—No se preocupe por eso — el duque le sonrió y Liviana le devolvió la sonrisa.

—¿Y sabe dónde está mi esposo? — Liviana preguntó apenada.

—No, pensé que estaría aquí— respondió él, aunque no fue sincero del todo, sabía perfectamente dónde estaba su amigo, y por eso era él quien estaba ahí ahora, y no Marcus  —. Pero puedo acompañarla hasta adentro y así esperar a Marcus, digo, si me lo permite.

—Claro— fue lo único que respondió ella.

Liviana emprendió camino junto al duque hacia la entrada de la casa, donde esperaban los empleados. Sus nervios volvieron, además de una vergüenza desmedida, quien debería estar a su lado era Marcus y no su amigo.

Anthony se percató de la tristeza que atravesaba el rostro la nueva esposa de su amigo. Pensó que no era el monstruo que Marcus le describía todos los días, sino todo lo contario, solo veía en ella a una joven enamorada, pero a la vez asustada ante todo lo nuevo que entraba en su vida, y de lo que también se daba cuenta es de que el verdadero monstruo no era Liviana, sino Marcus Livingston.

—Excelencia, es un placer tenerla aquí, todos nosotros estamos para recibir sus órdenes y atender sus necesidades — dijo una mujer de no más de cuarenta años, pero aún se conservaba —. Soy Rose, ama de llaves de la residencia.

Miserable Matrimonio (Saga #1 «Amores Encadenados») Where stories live. Discover now