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Liviana Johnson, hija del conde de Hamilton, lleva enamorada de Marcus Livingston, duque de Agnes, desde que tenía quince años. Luego de su presentación en sociedad, Liviana da lugar a un acontecimiento c...
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El duque de Windsor fue visto ayer en la tarde con la duquesa de Agnes en Hyde Park, muy pocos fueron testigos del paseo entre ellos. Pero, ¿qué podemos pensar cuando ninguno llevaba un acompañante lo suficientemente cerca como para callar bocas?
Revista de sociedad de Lady Kennt.
Marcus solo miraba un punto fijo pensando en las palabras que Liviana acababa de decirle.
- ¿Logan te quiere como su esposa? - no sabía cómo sentirse, si feliz o furioso, y la segunda opción era la más probable.
-Esa fue su propuesta, y he pensado que sería lo mejor para los dos, tú te libras de la carga de tener que protegerme y mantenerme y yo... - no sabía que decir de su parte, porque sabía que si se casaba con lord Logan no sería por amor, más bien sería por necesidad.
-¿Y tú qué? ¿Te das cuenta de que sería aún más escandaloso que termináramos el matrimonio y que automáticamente te casaras con uno de mis amigos? - trataba de hacerle ver que era una mala idea, pero de eso se quería convencer él mismo.
-¿Lo dice quién quiere el final de este miserable matrimonio para casarse con otra, preferiblemente con su amante? - Liviana casi le gritó en la cara.
Marcus no sabía en qué momento su esposa se había convertido en una mujer rebelde, contestona y por así decirlo, valiente.
-¿Para ti este matrimonio es miserable, Liviana? - preguntó Marcus cabreado y algo... ¿dolido?
-Es como me has hecho sentir desde que nos casamos, ¿o lo vas a negar, Marcus? - lo desafió y ambos se miraron a los ojos, él no pudo responder, porque ella tenía razón, desde que supo que se casaría con Liviana juró hacer de ese matrimonio el más miserable de todos, y ahí estaba, la mujer con la que no ha parado de fantasear las últimas semanas restregándole en la cara que lo había conseguido -. Lo mejor es que te calmes y lo pienses mejor, ya hablamos sobre lo que pasaría, y fuiste muy claro con lo que querías, el fin de este matrimonio, hoy me dieron la oportunidad de no quedarme desamparada, podré hacer mi vida y tú la tuya como siempre quisiste.
Marcus la miró y recordó sus palabras, no podía creer que tenían un sabor tan amargo, ahora tenía que tragárselas y mantenerlas, porque su orgullo era demasiado grande como para echarse atrás y mantener su matrimonio con Liviana, con quien no paraba de soñar.
-¿Y le has dicho que ya no eres virgen? - preguntó esperando que fuera su última jugada, Liviana solo se quedó en silencio - Veo que no, ¿y piensas que seguiría con la misma intención después de saber que primero fuiste mía?
-Creo que eso no le importaría - Respondió ella pensando en las palabras del duque, él le había confesado que estaba enamorado de ella -. Él... - decidió callar -... él me aceptará, solo espera mi respuesta.
