Capítulo 8: Ni una orden más

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- ¿Cuántas veces tengo que decir que no la toquéis? -Ciara escuchó una voz lejana, pero que en realidad provenía de muy cerca.

Estaba consciente, pero le costaba abrir los ojos.

- ¡Ha estado a punto de romper las normas! -gritó una voz masculina- ¿Sabes lo que eso significaría para nosotros?

Cuando todo el cuerpo de Ciara estubo despierto, descubrió que algo la apresaba por el tobillo, algo duro y frío.

No quiso moverse para que los que allí se encontraban no se dirigiesen a ella, pero si que entreabrió los ojos para conocer su paradero y saber quienes eran sus acompañantes.

Avistó a un chico de mediana altura, moreno y con un cuerpo musculoso.

La otra figura era alta, esbelta y rubia, y aunque no los veía con total claridad, sabía perfectamente de quién se trataba.

- ¡Claro que lo sé! -gritó Ethan por encima de la voz del otro chico, dando un fuerte y sonoro golpe en una mesa y levantandose para encarar al otro vampiro.

Ciara se sobresaltó por el estruendo y no pudo evitar que su cuerpo se estremeciese levemente, pero lo suficiente como para hacer sonar la cadena que sujetaba su pie.

Los dos individuos se voltearon al percibir el movimiento.

La chica abrió los ojos con temor en el pecho. Por otro lado, ¿Eran cadenas eso que tenía en el pie? ¿Acaso la tenían atada como a un perro?

Ethan se acercó con mirada enfadada hacia su humana y esta deslizó su culo hacia atrás hasta que la cadena le impidió retroceder más.

Después intentó sacarse la anilla del tobillo, pero fué en vano, aquello no salía.

El vampiro rubio se quedó observandola con deseo y el moreno se situó a su lado mirandole amenazadoramente.

- Si no la controlas lo haré yo -sentenció señalando a Ciara.

- Fuera -ordenò Ethan con voz moderada sin dejar de contemplar a Ciara. El otro vampiro mantuvo su posición amenazante haciendo que Ethan enfureciese. Ciara captó cómo se le inchaban las venas del cuello y los ojos se le volvían rojos y feroces- ¡FUERAAA! -vociferó profundamente.

La pelirroja cerró los ojos e impulsivamente se encogió volteandose hacia el cabecero de la cama por el miedo.

Cuando volvió a abrir los ojos, el vampiro rubio estaba acompañando al otro a la puerta de la habitación.

A pesar del profundo grito de Ethan, el otro vampiro no se achantó ni un poquito, y se marchó con la cabeza alta.

En ese momento que los dos vampiros le dieron la espalda a Ciara, esta buscó cerca suyo, algún utensilio que poder usar para liberarse, pero no había nada útil.

Ethan cerró la puerta sonoramente detrás de él y la chica se sobresaltó y se volteó a mirarle.

El vampiro se volvió a acercar a ella sereno, podía oir cómo el corazón de su humana iba a mil, podía oler su dulce sangre hirviendo en sus venas a causa de los nervios del momento, podía sentir el miedo en su mirada y la deshidratación y el malestar en su piel y labios.

La distancia que los separaba era de milimetros. Ethan sorbió el dulce aroma que envolvía a la pelirroja y ella aguantó la respiración inmóvil.

El vampiro expulsó el aire que había pregnado sus fosas nasales y cerró los ojos satisfecho.

- ¿Y ahora qué? -preguntó Ciara sacando valentía de donde pudo- ¿Me vais a consumir cruélmente como habéis hecho con mis amigas?

- Puede -bromeó Ethan sonriendo maliciosamente- pero no por ahora -se separó de la joven para mirarla a los ojos- vamos a ir a un restaurante.

Heartless | #Wattys2016Where stories live. Discover now