Capítulo 33: Pesadillas.

2.7K 206 11
                                    

Antes de echarse a dormir junto al vampiro, Ciara dio la orden al servicio que Ethan tenía en la puerta, de que cuando despertaran sus padres les dejasen libertad para hacer lo que quisiesen dentro de la ciudad, pero con continua protección.

Ella necesitaba descansar, así que se reuniría con ellos más tarde.

Abrió el armario de Ethan y se puso uno de sus pijamas de entretiempo. Estaba empezando a hacer fresco y al menos en las habitaciones de los vampiros no había calefacción.

Aunque el castaño le hubiese contado el principio de aquella inquietante leyenda, y la pelirroja se muriese por descansar en una acogedora y mullidita cama, no le apetecía estar tan cerca de esa maldita tentación que le creaba el vampiro rubio, así que cogió un par de mantas y se tumbó en el gran sofá negro de la habitación.

Se quedó mirando al frente, a través del tintado cristal, donde yacían sus padres, hasta que el sueño le atrapó.

'Se encontraba en un sitio inovlidable para ella, era el mismo sitio donde la habían secuestrado por segunda vez, la feria.

No veía más que luces y mucho movimiento y la música deambulaba por sus oídos como si quisiese convencerla de que todo estaba bien, pero no era así. Había algo perturbador en el ambiente.

Dio un par de pasos en todas las direcciones intentando encontrar a alguien conocido, pero una profunda y agobiante soledad le invadía.

De pronto todo el escenario había cambiado y se había tornado siniestro y macabro. La música, aunque al mismo volumen, parecía atontarle la cabeza mientras iba acompañada de los agoreros gritos de la multitud, y todo, absolutamente todo, estaba teñido de rojo.

Charcos de sangre cubrían el suelo y todas las atracciones que había al rededor, hasta la ropa que Ciara vestía estaba saturada de aquel asqueroso color carmesí.

Centró la vista delante de ella, donde se hacía presente un cuerpo pequeño, con un traje antiguo pero de una época no muy lejana. Su precioso pelo rubio y sedoso y sus claros ojos azules destacaban entre todo ese caos, pero miraba a la pelirroja de una manera familiar, aunque extraña y algo tenebrosa.

Ciara se sorprendió al descubrir un cuchillo entre las pequeñas pero firmes manos del pequeño. La afilada arma blanca estaba tintada de rojo, dejando escurrir despacio pero sin pausa, gota tras gota.

Ella retrocedió paulatinamente sin darse la vuelta, no podía perder de vista a aquel angelical demonio.

El pequeño de un salto de abalanzó sobre ella, lo que provocó que cayese al suelo de espaldas con el niño sobre ella y sin previo aviso clavó la afilada hoja, raudo y veloz, una y otra vez, por todo su cuerpo. La pelirroja no paraba de gritar pidiendo auxilio, pero de su boca no salía ni una palabra.

Lo único que se oía en ese momento era una infantil y a la misma vez monótona voz:

- Sálvame, sálvame, sálvame,... -decía constantemente con la mirada ausente'

Se despertó sobresalta después de ese espantoso sueño en el que pensaba que realmente iba a morir.

Palpó su estómago, pecho, piernas y brazos cerciorándose de que nada de eso era real, estaba a salvo pero angustiada, con un sudor frío recorriéndole todo el cuerpo.

Estaba helada y realmente atemorizada bajo la espesa negrura de la habitación, por lo que no se atrevía a mover ni un pelo fuera del sofá.

No es que fuese una chica débil y asustadiza, pero esa pesadilla le había superado.

Heartless | #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora