Bendita Obsesión✔️

*U N O*

—¡No! —grito— Ni se te ocurra hacerlo, Gabriel Alejandro Martinez Espinoza —lo señalo con mi dedo acusatorio mientras retrocedo poco a poco.

—¿Por qué no, amor? Yo se que quieres —su sonrisa se ensancha cada vez que da un paso hacía mi dirección.

—Te juro que si lo haces termino contigo y te clavo mi uña en tu ojo.

—Uy, mi gatita esta sacando las garras —susurra— Eso me gusta.

—Porta la seriedad, idiota —lo regaño— Deja el chalequeo y se serio en el beta.

Gabo soltó una senda carcajada.

—Ahora resulta que me saliste bien malandra. No si, ¿como te dicen? La yuribitzaida.

Ahora soy yo la que suelta rolo e' carcajada.

—Y a ti te dicen el brayan —río— En serio, Gabriel. Ni se te ocurra hacerlo.

Se preguntaran de que hablamos...

Pues resulta que aunque pensamos que año nuevo sería vida nueva, planes nuevo. Le diríamos adiós al 2020 y bye, bye al covid pero resultó no ser así. 

Aunque tenemos semana flexible y semana radical acá en Venezuela, porque si, ya sabemos que el virus hizo un trato con Maduro, una semana el aparece y está en las calles y en la otra él se queda encerrado en su casa viendo televisión.
Así que las semanas flexibles donde todos pueden salir el covid anda comiendo cotufas mientras ve una serie en Netflix porque si, eso fue parte del trato, y la otra semana, en las radicales, donde poca gente puede ir a trabajar y donde hay más restricción es cuando el pana covid decide salir y estirar las piernas si es que tiene y hacer de las suyas.

Ese loco hace y deshace. Se parece a los amigos míos del liceo.
Berro, han pasado solo unos meses desde nuestra graduación que por cierto fue más chimbo que comer helado de fresa pero sin las fresas, o sea, fue entrega de título y ya por eso tema del virus, no pudimos hacer nuestra mega party ni nada por el estilo y yo que me quería llevar a Gabo como mi pareja a la fiesta pa' presumirlo y no pude.

Si, desgracia ven a mi.

En fin, siempre extendiéndome yo y hablando de cosas que no van al caso.

Bueno, Gabo como andaba aburrido decidió que bajaramos a la piscina de la residencia, porque si, hay piscina solo que no nos habían permitido usarla hasta ahora, obviamente con mucha precaución, ¿el problema de todo? Que el clima está más frío que el corazón de mi mamá y el agua de la piscina esta más helada que jartarse un pote de helado completo y que se te congele el cerebro por lo frío del helado.
Así que mi querido novio quiere obligarme a entrar al agua, y si no lo hago por mi cuenta él me lanzará, cosa que no quiero.

¡Hoy no me toca bañarme, pana! 
A mi me tocan son los miércoles y hoy es viernes, gente.

—¡Vamos, mascotica! —ruedo los ojos al escuchar su apodo— Te prometo que dejaré de decirte así solo si te metes conmigo en la piscina.

—Que no. ¿No ves que esa agua está más fría que el iceberg que hundió al titanic?

Gabo se acerca un paso y yo me alejo otro.

—Eres una cobarde, ranita.

—Si, y tu eres un cruel, sapito.

Si, que lindo apodos de novios nos tenemos.

En lo que menos esperé Gabo se abalanzo hacía mi y me tomó en sus brazos sin ningún inconveniente.
Chillé ante la sorpresa y comencé a patalear e intentar arañarlo pero de nada sirvió, el loco tiene más fuerza que yo.