*S I E T E* PARTE II

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*Maratón 5/5

¡Paciencia, An!
¡Paciencia!

La cena había transcurrido con total normalidad, aunque con un poquito de incomodidad en el aire. Incomodidad que tanto Gaby, como Gabo y su abuela intentaron quitar y arrojar por la ventana.

Gabo cada que podía entrelazaba su mano con la mía por debajo de la mesa, gesto que agradecía enormemente.
Quería que esta cena acabara cuanto antes y por fin poderme irme a mi casa.

Todo iba medio tranquilo hasta que Luisa, como se llama la mamá de Gabo, y Camila decidieron unirse y sacar sus garras.

—Gabo, hijo. ¿Te acuerdas cuando Cami y tú fueron a una fiesta de disfraces y duraron días discutiendo el traje que iban a usar porque tu querías que fueran como Harry y Ginny y ella quería que fueran como Katniss y Peeta? Al final tuve que interceder y convencerlos de usar algo que ambos quisieran.

Dejé el tenedor en el plato, intentando no atragantarme con la comida que tenía a medio bajar por mi garganta.

—¡Oh sí! —le siguió Camila— Recuerdo que al final fuimos como Phineas e Isabella ya que era nuestra comiquita favorita. Fuimos la mejor pareja disfrazada.

¡Valgame Dios!
Que alguien acalle su voz chillona por favor.

—Patéticos. —susurró Gaby pero todos pudimos escucharla.

—Eran la pareja perfecta, todos se los decían. Digame cuando Gabo le regaló un enorme globo de corazón a Camila por su cumpleaños, con un pequeño peluche de abejita que decía las palabras de “Feliz cumple, amor” Fue tan romántico.

—Sí, el mejor regalo que Gabo me hizo.

Sentí como mi estómago se contrajo y se me hizo imposible seguir tragando.

—¿Podemos cambiar de conversación? —al fin mi novio se dignó a decir algo.

—¿Por qué, hijo? Si recordar es hermoso.

—Sí, pero a mi no me gusta recordar el pasado. Solo me hacen ver lo idiota que fui y las cosas malas que hice que efectivamente no quiero volver a hacer.

Justo en este momento me sentí feliz y orgullosa por sus palabras.
Mi sapito es el mejor.

—Solo estábamos recordando los momentos lindos que tú y Cami vivieron eso es todo.

—Será mejor que empiece a recoger la mesa. —habló la abuela Carmen después de rato de silencio.

Gabo se levantó en seguida.

—An y yo podemos ayudar. —dijo y yo asenti rápidamente.

—¡Oh no, hijo! ¿Cómo pondrás a recoger a la invitada? Mejor que Camila te ayude.

Decir que la sangre comenzó a hervirme es decir poco. Sentí como si un volcán estuviese haciendo erupción en mi interior.

Gabo no puso resistencia y ambos se levantaron para recoger y limpiar todo lo de la cena.
Gaby me tomó por el brazo y me llevó a la sala.

—No las dejes. No permitas que logren su cometido. —me susurró, yo solo asenti sin poder siquiera pronunciar palabra alguna.

La señora Luisa y la abuela Carmen se sentaron con nosotras en la sala, pero las únicas que hablaban conmigo eran Gaby y la abuela, mi suegra intentaba hacer todo lo posible por ignorarme completamente.
Eso me hizo sentir realmente mal.
De lejos vi como Gabo reía por algo que Camila dijo y eso solo hizo que los celos y la tristeza se mezclaran en mi interior. Haciéndome sentir cada vez aún peor.
No me perdí de ningún detalle mientras Gabo estaba con Camila en la cocina, no me pasó desapercibida los gestos de ella ni sus movimientos, ni si quisiera cuando se acercó tanto que sus brazos se rozaban, él no hizo ningún amago de separarse, simplemente se quedó ahí así, hablando con ella mientras fregaban los platos y a la vez reían por alguna que otra cosa.

Bendita Obsesión✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora