*C U A T R O*

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*Maratón 1/5

Era de noche.
Y nosotros seguíamos festejando el día del amor y la amistad.
Es que, pa' rumberos mi familia.
Si es por ello todos los días festejan y hacen comida.
Pero. 1) La situación esta difícil y 2) Que ladilla hacer fiestas todos los días.

El vigilante de la residencia vino hace media hora a preguntar hasta que hora estaríamos en el patio, porque es que ese Señor es más salio' que un balcón y más metio' que una gaveta. Así que mi papá para que dejara la insistencia y el fastidio le dio un plato de parrilla y ese ni corto ni perezoso lo aceptó, es más pidió que le echaran guasacaca a la carne.
Gracias a Dios mi papá lo hizo y el tipo se fue a jartarse él solo esa parrilla en su puesto de vigilancia.

Así que por eso seguimos aquí sin problema.

Los hombres de la familia decidieron bañarse en la piscina con este frío tan brutal, en cambio nosotras decidimos simplemente charlar y verlos a ellos bañarse, ninguna se atrevía a meterse en el agua helada.

Mi papá, mi tío y los chicos comienzan a jugar voleibol en la piscina pero por chocancia lanzaban la pelota cerca de donde nos encontrábamos para que el agua nos salpicara, así que tuvimos que movernos de sitio.

Mamá y mi tía estaban enfrascadas en un conversación de hermanas, al igual que Ana y Angie, yo en cambio platicaba animadamente con la señora Carmen, o como a ella le gustaba que le dijera “Abuela Carmen”. Cuando de repente sonó un vallenato en la corneta que teníamos y se desató la locura.

¿Quién dijo que solo puedes dedicar canciones de amor si puedes dedicar tambien las de vallenato?

Y pues, Gabo supo aprovechar el momento.

—¡¡¡Escuchela, suegro!!! —gritó antes de comenzar a cantar a todo pulmón la canción que estaba sonando.— ¡Ay! ¿Quién le dijo, señor, que yo no era capaz de hacer feliz a su hija? No puedo ser doctor, pero se trabajar para darle lo que me pida.

Mamá y todas las mujeres presentes comenzaron a reír por su arrebato de locura, incluso mi tío que le aplaudía y animaba a que siguiera cantando.

Axel decidió unirse también y entre ambos siguieron cantando.

»¿O a caso usted, no fue joven y se enamoró? ¿O acaso usted, no hizo la vida a su gusto?

No pude evitar reír cuando presencié el espectáculo que hacían los dos mientras mi papá solo los observaba.

»Entienda que en el amor solo manda Dios. No sea tan cruel, dejenos vivir y punto.

Vi como papá hacía un enorme esfuerzo por no echarse a reír por las locuras de sus dos yernos.
Ellos se abrazaron y siguieron cantando a todo pulmón:

»¿O a caso pa' vivir con ella tengo que pedirle permiso?

—Sí, si no quieren morir jóvenes entonces la respuesta es sí. —respondió mi papá apenas ellos terminaron de cantar esa estrofa.
Aún así ambos rieron y siguieron cantando, dándole rienda suelta.

—No se si aplaudirles o ahorcarlos por esta locura —susurra Ana a mi lado y yo asiento estando de acuerdo con ella.

»Preguntele a su hija si es feliz conmigo.
Preguntele a su hija si baila conmigo.
Preguntele a su hija si goza conmigo.
Para que ella le diga lo que yo no digo.

Definitivamente estos chicos no son normales.
Bueno, ¿quién en mi familia lo es? Exacto, nadie.

La canción terminó y ellos recibieron un aplauso por parte de todos menos de papá.

—¿Qué pasó, suegro? ¿No le gustó la canción? —le preguntó Gabo como siempre de salio'.

—La canción me gustó, lo que no me gustó fue verlos a ustedes dos cantándola.

—¡Ay, suegro! Admita que disfrutó de nuestro show privado. —ahora fue Axel quién respondió en voz alta.

Papá se echó a reír por fin.

—Ya creo que acabo de obtener la respuesta a la interrogante que tenía de porque mis hijas se habían fijado en ustedes dos. 

Dicho esto salió de la piscina pero solo para lanzarse nuevamente.
Gabo se salió segundos después y se acerco hasta mí, le tendi su suéter y él se lo puso por encima de sus abdominales que parecen un chocolatico, el cuadrito sin letra del chocolate que no se comparte.

Justo entonces volvió a sonar otro vallenato y él me miró con un brillo de diversión en sus ojos.

—Y ahora ¿qué? —le pregunté dudosa.

Él solo se encogió de hombros y se acercó un poco para susurrarme:

—Ya le dediqué una a mi suegro. Ahora esta te la dedico a ti.

Gabo arrimó una silla para sentarse frente a mi y quedar los dos mirándonos cara a cara mientras volvía a cantar pero esta vez solo para mi.

—Quién te llevó a mi mesa esa noche. Ay no se si me hizo un mal, no lo sé. No se si me hizo un bien, no lo sé.

Sus ojos estaban brillosos, amaba esa faceta loca de él, y era la primera vez que me dedicaba un vallenato desde que comenzamos con nuestra relación.

Y dejenme decirles que no hay mejor canción pa' dedicar que un vallenato. Lo estoy experimentando, gente.
Es brutal.

»Solo sé que cambió mi vida. —continuó cantando— El momento en que estreche tu mano. Solo sé que marcó mi vida aquel instante en que nos miramos.

Me perdí en sus ojos, y en la canción, recordando cada pequeño momento que hemos vivido juntos desde que iniciamos nuestra relación. Ha sido como un viaje en un tren, solo que este ha tenido muy pocas paradas, y nos lleva a un lugar desconocido, pero aún así en el camino encontramos cosas maravillosas que no nos hace dudar de nuestro destino.

»Y solo con mirarte sé, que tú eres  la única que puede controlar mi vida.

Esa frase me mata.
Perfección.
Creo que de ahora en adelante me volveré fanática al vallenato.

»Si me pides que camine, caminaré. —canté junto a él el coro, la única parte de la canción que me sabía— Si me pides que algo cambie, yo cambiaré. Y si me pides que te bese, quizás no lo haré. Ay no, que va.

Me quedé en silencio y dejé que el continuara cantando solo.

»Te comería a besitos nada más. Desgastaría mis labios en tu piel. Te comería a besitos nada más. De la cabeza a los pies.

Reí y lo besé.
Definitivamente Gabriel Martinez se estaba convirtiendo en un cursi de primera y yo estaba amando muchísimo esa nueva faceta suya.

Dos locos enamorados.

¿Qué podría salir mal?

•••
Ay, An. como que no sabes nada de la vida.
Todo, absolutamente todo podría salir mal...


Bendita Obsesión✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora