Flor de mayo

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Narra (T/N):

Amanecí mucho mejor que otros días, me sentía bien, los pájaros cantaban, el sol brillaba y una suave brisa entraba por la ventana de mi cuarto haciendo ondear mi pelo. Eran las 7 de la mañana y ya me había vestido, peinado y desayunado, por lo que decidí comenzar a repasar para los exámenes que tendría dentro de una semana, es decir, en la primera semana de junio. Saqué mi libro de matemáticas y me puse a estudiar, es la asignatura que peor se me da y necesitaba hacer un esfuerzo doble para mantener mis calificaciones altas. Tras 30 minutos estudiando desistí porque no entendía nada, guardé mis cosas, bajé las escaleras y salí de mi casa. Me acerqué a la casa de Kenma y toqué la puerta. Acto seguido salió él con el pelo medio revuelto y unas ojeras increíbles.

-¿Te volviste a quedar toda la noche jugando? - Pregunté burlona.

- No... - Respondió él en tono desganado.

- Kenma... ¿Estás bien?-

- ...-

- Oye, sabes que puedes contar conmigo si tienes algún problema.-

- Lo sé, pero ahora mismo no me veo con las fuerzas necesarias para contártelo. Siento que como diga algo más me voy desplomar.-

Su respuesta me sorprendió, creo que nunca había visto a un Kenma tan depresivo, pero si no me contaba lo que le pasaba yo no iba a poder ayudarle, así que hice lo que único estaba a mi alcance, lo abracé, este correspondió el abrazo y no intercambiamos ninguna palabra, a los pocos segundos noté que empezaba a llorar, obviamente me preocupé, intenté separarme de él para verle la cara y confirmar mis sospechas, pero cuando lo fui a intentar me apegó más a él y apretó más el abrazo.

¿No quería que lo viese llorar? ¿Qué es lo que lo tiene tan mal? ¿Por qué no me lo puede contar? Esas eran las únicas preguntas que recorrían mi mente durante el trayecto a la preparatoria y de por sí durante todo el día. Llegó la hora de lengua y estábamos dando la literatura del romanticismo, la profesora nos había pedido que intentásemos redactar un poema relacionado con alguno de los temas típicos de la época. Ya habían leído sus poemas la mayoría de la clase, solo quedaban un par de chicas de mi salón y Kenma. La profesora nombró al chico y este se puso en pie para recitar su obra.

Kenma:

Tan hermosa la estación

de flores y de color,

el viento constante

y el sol brillante.

Oh que osado por mi parte

pensar que podría tener tan bella flor.

Oh mi querida flor de mayo,

es tuyo mi corazón.

Cuanto más te deseo

más rápido pasa el tiempo.

Por favor quédate conmigo,

por favor solo en lo que queda de estación.

Por que cuando llegue el verano

oh mi querida flor de mayo

nuestro tiempo se acabó.

¡Guauuuuu! Es un poema precioso, aunque... siento que me deja con un vacío en mi interior, es como si reflejase una triste despedida. ¡Oh genial! Ahora su poema me ha deprimido, aunque sinceramente espero que el contenido de su obra no sea el reflejo de lo que le pasa.

Llegó la hora de almorzar, Kenma me dijo que me fuese con Yami y Kuroo a comer, que él iría en un rato. Eso me extrañó. Jamás había visto a un Kenma tan apático en mi vida. Le hice caso y salí con mi amiga Yami en busca de Kuroo. Cuando estuvimos los tres en la azotea nos sentamos a comer e inicié una conversación.

Próximo Nivel (Kozume Kenma x Lectora)Where stories live. Discover now