¿Y si volvemos?

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Caminamos por toda la preparatoria buscando un puesto que tanto a él como a mí nos gustase. Finalmente nos decidimos por un puesto de yakisoba. Pedimos cada uno lo que quisimos y preguntamos si lo podían preparar para llevar a lo que nos dijeron que sí. Ahora era Kenma el que me guiaba a través de los puestos hasta llegar a la parte trasera de la cancha. Odio ese sitio, ahí han pasado cosas malas que no me ponen de buen humor recordar.

- Kenma, ¿qué hacemos aquí? - pregunté.

- Comer. - Me respondió, y con la misma estiró una pequeña manta en el suelo y se sentó.

Yo lo miré extrañada, ¿que se supone que quiere hacer aquí?

- ¿No te sientas? - Preguntó él golpeando el espacio a su lado.

Me senté y un silencio se formó entre los dos. Demasiado tiempo seguido sin hablar, hemos terminado de comer y todo. Aún así no ha salido ni una sola palabra de su boca.

- Kenma, ¿estás bien? - Un leve tono de preocupación de notó en mi voz.

- No lo sé. - Dijo mientras me miraba.

- Te estás comportando de forma muy rara, ¿sabes? - Dije riendo para aliviar un poco la tensión.

- Tu me haces raro. - Así sin más dijo eso, provocando un enorme sonrojo en mi. - (T/N), ya no puedo más, me estás volviendo loco. Cada día, cada hora, en cualquier momento pienso tí. ¿No te parece un poco cruel? - Se río. - Siempre estás en mi mente y no te puedo sacar de ahí. - Me devolvió una mirada triste.

- Kenma... - Me dolió escucharlo decir eso. ¿Acaso se está cansando de mi? ¡Yo no quiero que se canse de mí!

- Es irónico, ¿verdad? Siempre corro tras de tí y parece que no te alcanzo, es como un camino infinito en el que por mucho que me esfuerce no voy a llegar a un final, pero aún así lo sigo intentando. - Está triste, pero a pesar de todo sonríe. - Supongo que jamás me rendir contigo. - Me miró y con rubor en sus mejillas me dió una sonrisa tímida.

- Kenma. - Le llamé. Ahora la que estaba roja era yo.

- Dime. - Pude notar que se puso nervioso al verme así.

- ¿Y si...? - Tragué saliva y dije lo que pensaba. - ¿Y si volvemos? -

Un sonrojo increíble estalló en el rostro de Kenma, no paraba de hacer muecas o de preguntarse que estaba pasando. Eso provocó mi risa, y en cuanto él la escuchó, paró.

- ¿Me lo estás diciendo en serio? - Parecía que tenía brillitos en los ojos.

- Si, claro. - Me reí más relajada.

- ¡Ay (T/N), me tenías desesperado!- Me abrazo y yo correspondí su gesto. - Pensé que jamás te recuperaría. -

No se muy bien por qué, pero empecé a llorar, sentí como si todo el peso que llevaba encima se desvanecía, una sensación de calidez de tenerlo en mis brazos. Jaja, supongo que jamás le dejé de amar.

Escondí mi cara en su cuello y me permití tener la libertad de llorar ahí. La única diferencia de otras veces que he llorado, es que esta vez las lágrimas son de felicidad.

- ¡Vivan los novios! - Alguién, bueno, mejor dicho, varias personas gritaron detrás de nosotros. Era el club de Voley.

- ¡Ay Kenma! Cuanto me alegro por tí. - Apareció Kuroo simulando secarse lágrimas.

- Kuroo no exageres. - Respondió Kenma avergonzado.

- ¿Chicos, qué hacéis aquí? - Dije desconcertada.

- Es que estabais al lado de una de las ventanas de la cancha, y mientras recogía algunas cosas de la casa del terror os escuché. - Me respondió Yami.

- Y claro, como tú eres incapaz de cerrar la boca, se lo dijiste al resto del equipo, ¿me equivoco? - Reí mientras lo decía, a lo que ella solo pudo bajar la cabeza. - Bueno, se acabó el drama, vuelvan al curro que aún quedan un par de horas antes del cierre, y nosotros necesitamos conseguir el máximo dinero posible. -

- A la orden. - Respondieron los demás y se marcharon.

Kenma me abrazó por detrás. Casi me da un paro cardiaco cuando noté sus labios en mi cuello, pero como es propio de mí, amo molestarlo. Empecé a balancear mis caderas y luego me di la vuelta para quedar frente a él.

- Ay, esta cola de lobo es increíblemente molesta. - Dije a la par que me estiraba.

- Es una lástima, porque te queda muy bien. - Dijo tomándome de las caderas.

- Lo sé. - Dije acercándome a sus labios, nuestras respiraciones estaban aceleradas. - Por eso voy a seguir con mi trabajo, a ver si así les consigo más clientes. - Me separé de él.

- Esta bien. - Me dijo tranquilo. ¡Jo! Que reacción más aburrida. - Pero recuerda que esta no es la única vez que me dejas con las ganas. - Me miró desafiante.

- ¿Disculpa? - Sonreí victoriosa. Mientras él se acercaba a mi.

- No juegues con fuego (T/N), te puedes quemar. - Sorprendida recibí un beso suyo en el cuello y luego de marchó. ¡Ay no (T/N)! ¿Qué hiciste?

Con la mente en blanco caminé de nuevo hasta la entrada de la preparatoria, donde Yami seguía repartiendo la publicidad de nuestro puesto. Me acerqué a ella y continué haciendo mi trabajo.

- Lo sabía. - Derrepente habló ella.

- Sabías, ¿qué? - Le dije yo intuyendo la dirección de esta conversación.

- Sabía que no ibas a tardar mucho en volver a caer en los brazos de Kenma. - Me miró con cara pícara.

- ¡Yo no caí en sus brazos! ¡Él cayó en los míos! - Me defendí ante su acusación.

- ¿A sí? "No juegues con fuego (T/N), te puedes quemar". - Río ella.

- ¡Nos estabas escuchando! - Me indigné y me acerqué a ella para hacerle cosquillas.

- Nop, simplemente recuerda que la protección está muy barata este mes. - Se río ella mientras empezaba a correr.

- ¿A sí? ¿Y como lo sabes pervertida? - La perseguí.

- No lo sé, me lo dijo un gran pajarito. - Empezamos a reír.

Creo que ahora vuelvo a ser realmente feliz. Quién lo diría. No pensé que el día más tenebroso del año fuera a acabar de esta manera. ¡Amo Halloween! Y... ¡Te amo Kozume Kenma!

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Buenasssss.

Si lo sé, poco más y parece que desaparecí. Lo siento.

Pero ahora estoy de vacaciones, y eso significa más actualizaciones.

Espero que disfruten.

¡Felices fiestas!

Próximo Nivel (Kozume Kenma x Lectora)Where stories live. Discover now