03.4_ Un largo Día

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Pasan de las 5:00 pm, la escuela está calmada, dentro de los salones los alumnos pasan adormilados su cuarta hora de clases, los pasillos y las canchas están desiertas a excepción de 2 siluetas que se escabullen rompiendo la monotonía: Malena y yo.

—¡Ay! —me quejo mientras sobo mi cabeza —no tenías que golpearme.

—No tenías que gritar en mi oreja.

—Es que me asustaste, no respondías...

—¡Sólo...! Sólo me desvanecí un momento.

Malena esta algo irritada después de lo sucedido, bueno no es para menos, en vez de pasar la tercera hora dormitando sobre su pupitre, como suele hacer, termino liándose a golpes con el demonio, todo por mi causa no puedo sino sentirme culpable, nos dirigimos hacia los baños del campo de futbol que son los más solitarios.

Antes de entrar revisamos que este vacío, toda la tarde nos la hemos pasado a hurtadillas, creo que ya hasta le voy agarrando el modo, ¿qué diría abuelita? Mientras yo divago sobre como seguimos saltándonos clases Malena lava la sangre de su rostro en los lavabos.

—Lili ¿Crees que estas manchas salgan sólo con agua?

—Déjame ve... ¡¿Por qué te quitaste la blusa?!

—Pues para enjuagarla...

—¡Pero al menos metete a una cabina! ¿Es que no tienes pudor? —La reprendo mientras la empujo hacia el interior de uno de los compartimentos.

—¡Auch! Con cuidado —Male se queja e inmediatamente recuerdo que está bastante mallugada por la pelea.

—lo siento...

—¡Ups! —Sigo la mirada de Malena hacia la puerta para saber el porqué de ese "ups", lo único que alcanzo a ver es la espalda de una apenada chica retirándose del lugar a toda prisa, ¡genial! Lo único que falta es que se rumoré que me salto clases para ir a los baños a manosear el torso desnudo de mi amiga.

—Sólo entra de una vez —digo arrebatándole la blusa de las manos y cerrando por fin el compartimento con algo de fuerza, enseguida me quito la sudadera para pasársela por encima de la puerta.

—Orejitas en el gorro ¿en serio?

—¿Prefieres andar desnuda?

—Ya pues.

Mientras tallo la blusa el lavabo se va tiñendo de rojo, de no ser por Malena esta sería mi blusa y esa mi sangre.

—Malena... por favor perdóname.

—¿Eh? ¿Por qué? —pregunta aún desde dentro del compartimento

—por mi culpa recibiste una paliza.

—¡A ver! —responde mientras abre dramáticamente la puerta del baño.

—En primer lugar, yo no lo describiría como una "paliza" y en segundo lugar que te quede claro peque que ese primer golpe fue meramente "un golpe de suerte".

—Ah... está bien.

—No, no lo digas con ese tono, ¡el sol me deslumbro! Y eso le dio la primera ventaja.

El sol... en un área llena de árboles, mejor cambio el tema:

—Bueno, como decía gracias por defenderme.

—¿Cuál «gracias»? ¡Encuérate!

—¡Ya tienes mi sudadera!

—Ah sí.

—Mira peque —me dice mientras pasa su brazo por mis hombros de manera confidente —Lo importante aquí es que la próxima vez voy a hacer que la "ojos de muerto" se incline a pedir perdón de rodillas.

¡Estúpida carta! ¡estúpido corazón!Место, где живут истории. Откройте их для себя