03.3_Un largo Día

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«La temporada pasada hice un magnifico viaje en autobús hasta el municipio donde se celebraban las semifinales del campeonato Interescolar de voleibol femenil, traducción: pasé más de una hora en un viejo camión destartalado con más pasajeros de los que legal y humanamente debería transportar, rezando para que no se descompusiera en mitad de la nada. Todo con el único fin de ir a echarle porras a la jugadora con el no. 6 del equipo de la prepa "Vasconcelos", o sea; mi amiga Malena.

Al llegar al gimnasio apenas y encontré lugar, las gradas estaban abarrotadas de estudiantes, todo porque nuestra escuela se enfrentaba contra la "Técnica 27" nuestro eterno rival, los ánimos estaban más que encendidos cada anotación era un festejo anticipado y humillación para el equipo contrario.

Entre gritos de aliento y blasfemias llego el set decisivo el marcador se mantenía bastante parejo la euforia estaba desbordándose a causa de la expectativa por el resultado final a tal grado que en algún punto creí que el domo del lugar cedería ante el estruendo de la gritería adolescente, toda esa exaltación juvenil era como una enorme marea amenazando con azotarlo todo y de pronto... ¡falta!

Al parecer se había marcado un "toque de red y penetración en el espacio del adversario" entre las rematadoras de ambas escuelas (claro que hasta la fecha, ninguna de las dos aceptaría nada de eso), en la cancha las chicas empezaron a hacerse de palabras acumulando más faltas y en las gradas los ánimos se estaban calentando también, entre tanto furor una chica de la 27 empujo a nuestra líbero, desde luego, la número 6 salió de inmediato al quite, el asunto estaba por tornarse violento; las jugadoras de ambos equipos estaban listas para destrozarse, árbitros y jueces tuvieron que meterse para apaciguarlas.

Cuando al fin consiguieron que cada equipo comenzara a retirarse de la cancha una de las bloqueadoras de la 27 (quien saltaba a la vista era de las más grandes tanto en estatura como en edad, seguramente en su último año) intento atacar a Malena por la espalda, Male pudo esquivar el traicionero ataque, aunque por muy poco. Creo que recordare por siempre la expresión de arrepentimiento de aquella chica cuando Malena se le fue encima, un espectáculo sádico y nada agradable, a duras penas entre 2 impactados jueces pudieron separarla de la otra chica a la que casi noqueo ante el asombro de varios.

Ese día quedaron de manifiesto tres cosas: 1) no se puede tomar a Malena con la guardia baja, 2) por tu propio bien no lo intentes y 3) a no ser que seas hijo de alguien importante (léase con dinero) te aplicaran la máxima de: "el bien de la comunidad está por encima del bien individual"; pues para evitar que nuestra escuela fuese vetada del torneo Male tuvo que cargar con los platos rotos siendo la única expulsada del equipo.»

Hasta el día de hoy tenía por ciertas esas 3 premisas sin embargo justo ahora la persona más inesperada, aquella que es catalogada como: ñoña, matada, ratón de biblioteca... (y un sinfín de motes despectivos más) acaba de refutar el punto número 1 y está a punto de poner a prueba el punto No. 2.

Malena esta con el cuerpo agachado hacia el frente mientras sujeta su nariz sangrante en un intento de no manchar más su blusa, en sus ojos veo la incredulidad por lo que acaba de pasar.

Delante Catalina está furiosa y la desafía:

—¡Vamos! ¡Atrévete a decir algo más!

Ante tal reto mi amiga pasa del azoramiento a la ira.

—Male...—Intento acercarme para ayudarla, pero ella me aparta con una mano, en seguida se desprende de sus aretes y me los entrega.

A penas siento los pendientes en mi palma abro la boca para protestar sabiendo muy bien lo que se viene, pero antes de que pueda emitir sonido alguno una corriente de aire me deja estática en mi lugar como si un bólido acabase de pasar a mi lado, un bólido que va a impactar directo contra Catalina.

¡Estúpida carta! ¡estúpido corazón!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora