13_Oscuro par

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Catalina

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Catalina

—G-gra... as, gra... g-g... ¡Argh! ¡Con un demonio! ¿Por qué es tan difícil?

Llevo gran parte del día ensayando un simple agradecimiento, todo por si Liliana se pasa hoy después de clases.

—Gr-gracias.

Bueno, ese estuvo mejor, puedo hacerlo. Ahora sólo debo esperar por Suárez para ponerlo en práctica.

¿A la pequeñaja le gustaran están galletas? Son muy sencillas, ojalá pudiera ir a la tienda a comprar algo más... ¡e-esto es por modales! ¡Nada más! no es que este teniendo una consideración especial por ella o algo así ¿Dónde se quedó ese plato lindo que nunca usamos?

⊱•••⊰

A partir de las 8:00 p. m. espero pegada a la ventana. No me muevo ni un ápice por si la pequeña joven aparece, sin embargo, transcurre el tiempo y no hay un solo rastro de ella. Cuando ya es muy tarde, me digo que quizá la chica vendrá mañana temprano con las tareas, después de todo, es peligroso andar por la calle a estas horas... no puede ser ¿Y si le pasó algo? ¡No! ¡Maldita sea! Liliana, más te vale que no te haya pasado nada malo ¡Tú...!

«No, no hay razón para el dramatismo, las cosas son mucho más sencillas... quizás ella simplemente no quiso venir, al fin y al cabo; ¿de verdad crees que alguien se tomaría tantas molestias por ti, Catalina? Por ti: la chica que si despareciera hoy de la faz de la tierra a nadie le importaría un bledo. Probablemente ya se hartó de ti, razones le sobran».

Una dolorosa opresión comienza a formarse en mi garganta.

—Bien, por la pequeñaja, no debería seguir perdiendo su tiempo conmigo.

Intento reír, para desestimar todo el ridículo asunto, pero lo único que consigo es una mueca retorcida. Mis ojos comienzan a escocer... ¡Boberías!

—¡Ja! Como si a mí me importara algo tan vulgar como la conmiseración ajena.

En lo que a mí respecta, el mundo también puede desaparecer y tampoco me importaría un bledo. Sencillamente aprovechare para irme a la cama temprano y mañana... mañana ya veré que hacer con los pendientes de la escuela y con... con lo que sea.

Después de apagar la luz, apenas cierro los ojos, me parece escuchar que alguien me llama a gritos:

—¡CATALINA!

¿Estoy teniendo una pesadilla? vaya que es vivida, podría jurar que esa es la voz de la Mal teñida llamando desde fuera del edificio.

¡PAM, PAM! golpes desde el otro lado de la pared, el vecino del departamento contiguo me grita molesto desde su lado:

—¡Atiende a tu novia de una buena vez para que se calle! Par de depravadas...

Ok... tras esa delicada confirmación por parte del inquilino de al lado, me atrevo a concluir que no, lamentablemente no se trata de un sueño. Malditos vecinos, malditos departamentos de interés social sin privacidad. Enojada y agraviada enciendo la luz de un manotazo. Rengueo furibunda hasta la ventana para atender a ese dolor de muelas al que todos llaman: Malena.

¡Estúpida carta! ¡estúpido corazón!Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora