17_Cuidado con lo que hoy lances...

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Lili

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Lili

—Entonces... ¿Lo hacemos por delante o por detrás?

—Mmm... Por delante, por detrás me da miedo.

—Entiendo, en ese caso voy a pasar mis manos por aquí...

—¡Ay!

—Perdón ¿Te lastime?

—No, es que me haces cosquillas ¡Ja, ja, ja! Discúlpame... ¡Ya! Me aguanto ¡Jump!

—Lili, si haces esa expresión yo... Jhg ¡Ja, ja, ja!

—¿Sergio...?

—Lo siento, es que tu cara de concentración es muy graciosa ¡Ja, ja!

—¡Oye!

—¡Ejem! Debido a que ninguno de los dos puede contener la risa, esto no va a funcionar, así que, nuevo plan: Yo me pongo sobre manos y rodillas y tú vas arriba.

—¿Eh? ¿Pero no será doloroso? Podría lastimarte...

—¡Nah! La otra vez lo hice con Benja y aguante perfectamente. Aunque sí me sentí un poco adolorido después, pero es que él es un chico grande ¡Tú dale!

—Bueno, está bien, sólo me quitare los zapatos para no ensuciarte.

—¿Lista? sube con cuidado, eso, ¿cómo vas Lili? ¿Ya casi llegas?

—Uh, no...

—¿Te falta mucho?

—Demasiado, casi no aumenté nada.

—Oh...

Después de recoger la basura, Sergio y yo fuimos mandados a descolgar y guardar la red de voleibol que, tras su práctica deportiva, dejaron colocada los alumnos del turno matutino. A pesar de que los postes que sostienen la malla no son de manivela, la tarea no tendría mayor complicación de no ser porque, en su falta de experticia, los estudiantes que colocaron la malla hicieron unos nudos extraños en las argollas superiores.

Ni Sergio, ni yo tenemos una estatura conveniente para alcanzar las ataduras, y el conserje no quiso prestarnos una escalera. "Ya les presté una" asevero enfadado, "además nunca regresan las cosas como se las entregan, dejan todo botado y uno tiene que andar recuperando el equipo ¡No!, no hay escalera para ustedes".

El cascarrabias de Don Gabino no nos dejó argumentar nada y mucho menos explicarle que, no fue a nosotros, a quienes prestó la escalera.

Así nuestra situación, a Sergio se le ocurrió cargarme para que alcanzara a desatar los amarres superiores. Sin embargo, desde el otro día, ese en el que Male y yo nos colamos a la escuela saltando la barda, desarrolle cierta renuencia a que me levanten por la espalda. Y como levantarme por el frente tampoco estaba funcionando, mi amigo se puso entonces como taburete humano, pero al subirme pues... ahm... lo que para una persona de estatura promedio significaría un aumento notable, a mí... creo que sólo me ayudo a alcanzar justamente ese promedio.

¡Estúpida carta! ¡estúpido corazón!Where stories live. Discover now