Te quiero

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El aliento de Levi chocando contra el mío provocaba sensaciones que no sabría como describir, era distinto a las veces en que ahogue a varias personas, nunca me había atrevido a rozar sus labios contra los míos pues desde que había salvado a ese c...

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El aliento de Levi chocando contra el mío provocaba sensaciones que no sabría como describir, era distinto a las veces en que ahogue a varias personas, nunca me había atrevido a rozar sus labios contra los míos pues desde que había salvado a ese chico mayor que yo. Me había prometido a mi mismo no besar a nadie mas que no fuera el.

A comparación de las veces anteriores en las que nos habíamos besado, en esta ocasión era a un ritmo lento, en el cual dejé que Levi llevara toda la autoridad, sus labios contra los míos me daban una sensación tan placentera y reconfortante que derivó en un pequeño problema entre mis piernas.

—¡perdón! —grité después de separarme de Levi, la vergüenza tornó de rojo mi cara y la sentía ardiendo— juro que esto no me pasa cuando soy un tritón —desesperadamente intentaba cubrir el notorio bulto que se encontraba en mi pantalón por lo que acabe sentado encima de Levi.

—Eren quítate de ahí o tu no vas a ser el único con un problema —gruñó en respuesta— tienes una erección y es mas normal de lo que piensas  ahora ¡quítate de encima de mi! —su brusco agarre sobre mi cintura me hizo jadear— .

Sin pensarlo dos veces llevé mis brazos a rodear su cuello, de nueva cuenta nuestros labios se volvieron a juntar pero ahora con un ritmo desesperado, feroz, sintiendo como la temperatura de mi cuerpo aumentaba y a su vez aquel bulto debajo de mi trasero se volvía mas duro. Es verdad que no era consiente de todo lo que los humanos hacían pero ahora me veía como uno así que podía disfrutar una pequeña parte de lo que hay en su mundo. La boca de Levi abandonó la mía comenzando a bajar por mi cuello el cual era suavemente mordido y acariciado con su lengua haciéndome sacar innumerables jadeos, se sentía tan bien aquello.

—tienes una piel tan linda Eren —lo miré con sorpresa, pues no estaba atrayéndolo con mi canto ¿acaso podía haber alguna otra cosa en mi que lo provocara?

Sus besos y caricias empezaban a bajar dejando mi cuello en un plano a parte, subió mi camiseta para detenerse en uno de mis pezones, lo introdujo en su boca succionando con fuerza.

—L-Levi ahí es sensible —gemí ante su acción.

—pero te gusta —la sensual sonrisa que apareció en su rostro aceleró aun mas los latidos de mi corazón, tanto que en cualquier momento sentía que se saldría de mi pecho. De nueva cuenta la atención de Levi se centró en seguir torturándome, mis manos estaban aferradas a su cabello el cual jalaba cada vez que succionaba con fuerza provocándole a mi cuerpo enormes descargas de placer, resultando en sonoros gemidos.

Sentía mi cuerpo arder, como si fuera a explotar en cualquier momento. Intercambió nuestras posiciones dejándome debajo de él, dándole vía libre para quitarme de manera rápida el resto de la ropa, su mirada llena de deseo repasando cada centímetro de mi cuerpo me hizo sonrojar.

Se separó un poco de mi y completamente embobado observé como se quitaba la camiseta dejando a la vista su torso bien trabajado y distinguí esa cicatriz que años atrás era una herida que no paraba de sangrar, estando atento a cada movimiento vi como terminaba de quitarse el también toda su ropa, mordí mis labios al contemplar su desnudez nunca imaginé que Levi escondiera semejante cuerpo.

—¿seguro qué quieres seguir Eren? —esa fue la gota que colmó la poca cordura que tenía, el escucharlo pronunciar mi nombre de una manera tan seductora solo provocó que quisiera tenerlo aun más cerca.

Me abalancé contra su cuerpo, buscando que nuestros labios se hundieran en un profundo y necesitado beso donde Levi era el que llevaba el control, sus manos envolvían mi cintura descendiendo lentamente hacía mis caderas en caricias lentas hasta colocar sus manos en mi trasero donde lo apretó ligeramente haciéndome gemir ante la sensación. Uno de sus dedos entró en mi interior dándome una ligera sensación de incomodidad mezclada con placer, pronto introdujo un segundo dedo comenzando a moverlos en una tortuosa velocidad en la que no fui capaz de contenerme un segundo más y terminé llegando a un orgasmo manchando nuestros abdómenes de un espeso liquido blanco, recargué la cabeza en uno de los hombros de Levi mientras normalizaba mi respiración eso había sido intenso, me sentía algo débil y las piernas me temblaban ligeramente.

Sin darme mucho tiempo para procesar del todo bien lo que estaba pasando a mi alrededor, los fuertes brazos de Levi me empujaron con suavidad de nueva cuenta a la cama, sus manos se posaron en mis muslos separando mis piernas acomodándose en el espacio entre ellas, sonreí nervioso al imaginar la sensación de lo que vendría a continuación y como si pudiera leer mis pensamientos, me besó de una manera tan dulce que me sentía tocar el cielo. Sentí como la punta de su miembro intentaba entrar en mi dilatado interior, dolía pero podía acostumbrarme a su tamaño, jadié  al sentir como se abría paso en mi estrecha cavidad.

El pequeño dolor fue sobrepasado por el placer proveniente de las embestidas por parte de Levi, sus manos se aferraban con mayor fuerza a mis caderas, entrando y saliendo de mi interior a una velocidad salvaje haciendo que el ruido de nuestros cuerpos chocando se escuchara en toda la habitación, mi cuerpo estaba siendo masacrado en una de las formas más placenteras que había experimentado en mi corta vida, el placer que Levi me estaba proporcionando era tal que no podía parar de llamarlo a gritos durante cada embestida donde escuchaba entrecortadamente mi nombre ser gruñido.

—¡t-te quiero Le-Levi! —chillé enterrando mis uñas en sus omoplatos mientras experimentaba otro orgasmo, sintiendo mi interior ser llenado por el orgasmo de Levi. Salió de mi interior dejando una sensación extraña y se recostó a mi lado.

Nos mirábamos fijamente, con la respiración agitada y completamente agotados, su mano acaricio mi rostro moviendo los cabellos que habían quedado pegados en mi cara a causa del sudor.

—yo también te quiero Eren

Su declaración me tomó tan desprevenido que lo único que pude hacer fue sonreír como el idiota enamorado que estaba siendo y pegarme más a su cuerpo para poder abrazarlo.



Su declaración me tomó tan desprevenido que lo único que pude hacer fue sonreír como el idiota enamorado que estaba siendo y pegarme más a su cuerpo para poder abrazarlo

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No me olvidé de ustedes, las actualizaciones ya serán mas seguidas, lo prometo.

En fin ¡feliz cumpleaños al tatakae! 

Profundo mar azulWhere stories live. Discover now