Promesas

183 32 3
                                    

Conforme los días pasaban mi relación con Eren se volvía más profunda, solo queríamos estar juntos a cada segundo que pasaba y se estaba volviendo un tanto imposible el ocultarlo cuando salíamos. Eren se molestaba un poco pero conocía los riesgos, no nos arriesgariamos a menos que quisiéramos acabar colgados en la plaza frente a muchas personas.

—oye Levi —bajé la mirada hacia Eren que se encontraba acostado sobre mi pecho.

—¿qué ocurre? —acaricié sus cabellos.

—¿crees que podríamos tener un humanito?

Su pregunta me hizo parpadear desconcertado ¿se estaba refiriendo a un bebé? Iba a responder pero me interrumpió.

—ya sabes esos humanos pequeños que llevas en los brazos y vienen de aquí —dijo completamente emocionado, tomando una de mis manos llevándola hasta su estómago.

—son bebés Eren —reí ante su inocencia— y nosotros no podemos tener uno propio porque somos hombres

—pero ¡yo no soy como tú! —se quejó haciendo un puchero— podríamos intentarlo

—eres un mocoso atrevido —lo abracé— eso tendrá que esperar en una semana más tenemos que llevar a cabo nuestro plan, después te complacere con lo que quieras

—¿lo prometes?

—te prometo algo aun mejor —pasé mis manos por detrás de mí cuello con el fin de desabrochar la cadena que en ese momento colgaba de mi cuello— era de mi madre

La mirada de Eren se posó en la delgada cadena de la cual colgaba un pequeño dije con la figura de dos alas, una blanca y otra azul.

—es hermoso Levi —lo puse con sumo cuidado alrededor de su cuello y lo abroche

—mi padre se lo dio con la promesa de protegerla y amarla, ella me prometió estar siempre conmigo y ahora —nuestras miradas permanecían fijas— yo te lo quiero dar a ti con la promesa de ser libres y amarte por el resto de mi vida

El rostro de Eren era todo un poema, se acercó lo suficiente a mi rostro para besarnos, las lágrimas rebeldes que escapaban de sus ojos golpeaban ligeramente mis mejillas en cuanto se cristalizaban, separamos nuestros labios al mismo tiempo que abrimos los ojos perdiendonos en la mirada del otro. Sonrió feliz y se pegó más a mi pecho hundiendo su cara en el.

—¿entonces las flores rosas están bien? —preguntó Petra de manera sonriente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿entonces las flores rosas están bien? —preguntó Petra de manera sonriente.

Había venido hasta su casa con el fin de seguir planeado la supuesta boda para no levantar sospechas, debía admitir que me resultaba desagradable la idea.

—claro, resaltan tu hermosura —besé su mano, suspiramos aliviados cuando finalmente su madre abandonó la sala dejándonos a solas.

Petra corrió hasta la puerta para acomodar uno de los floreros de tal manera que si alguien abría este se cayera y así disimular el sobresalto de que alguien nos atrapara hablando sobre nuestro plan.

—Levi hay algo que me gustaría decirte

—adelante

—estoy viendo a alguien mas —agachó la cabeza con vergüenza— es Aurou

—me alegro de que tu también encontraras a alguien que te hace feliz —lo decía con sinceridad, si yo estaba rehaciendo mi vida junto a Eren ella también era libre de hacerlo, sin importar si era con otro hombre o incluso sola.

—¿puedes prometerme una ultima cosa?

Suspiré aguantando una carcajada.

—adelante

—sonará un poco tonto pero, vive Levi, prométeme que vas a vivir pase lo que pase

—lo prometo

Esa promesa sonaba un tanto descabellada pues no había algo que pudiera llevarme a ese escenario, si bien en una semana estaríamos ante un eminente peligro las circunstancias no apuntaban a algo de esa magnitud. Repasamos por última vez el plan y salí de su casa contento porque volvería al lado de mi Eren.



¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Profundo mar azulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora