Había crecido con una aberración al mar y sus profundas aguas oscuras, desde que tenía memoria el recuerdo de una criatura de ojos verdes atormentaba sus pensamientos robandole el sueño y muy pronto también su corazón.
El grito de Farlan me hizo abrir los ojos de golpe, el chico también tenía los ojos muy abiertos, parecía asustado al igual que molesto.
Como pude me quité de encima al chico y me puse de pie.
—no te muevas de ahí, otra vez
Bajé hasta donde provenía la voz de Farlan.
—¡Amor! —la voz de Petra aceleró mi corazón, solo esperaba que Farlan no le dijera nada— .
—¿Qué hacen aquí? —intenté disimular el nerviosismo ante la idea de que alguno subiera y encontrara al chico desnudo en el baño
—venía de casa del señor Arlert y me encontré con Petra que pidió venir así que amablemente la traje hasta acá
—voy a cambiarme la camiseta —salí corriendo directo al baño; arriba encontré al chico tal como lo había dejado minutos atrás, me miraba con curiosidad.
Lo tomé en brazos asegurándome de cubrir su cuerpo con la manta, caminando lo más rápido posible con el cuidado de no tropezar, los brazos del chico estaban aferrados a mi cuello como si temiera que en algún momento lo soltaría. Llegué a mi habitación y lo dejé sobre la cama, llevé uno de mis dedos a los labios en señal de que guardara silencio no sabía si lo comprendería pero tenía que arriesgarme.
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Por más que intentara no estar nervioso no podía evitarlo, el constante pensamiento en que esa cosa atacaría a Farlan en mi ausencia era inevitable, pero tenía que estar lo menos posible distraído con tal de no hacer pensar mal a Petra.
—¿Levi?
La voz de Petra sonaba distante, no quería prestar atención a cosas triviales, si es mi prometida y la amo pero Farlan llegó primero a mi vida y no podía evitar preocuparme por su seguridad.
—esta bien lo que quieran para la boda, no tengo problema en ello. Creo que deberíamos regresar —dije intentando parecer preocupado— Farlan ha estado sintiéndose mal estos días y me preocupa que de un momento a otro pueda pasarle algo
Petra asintió no muy convencida. Al estar en su casa solo tuve que salir de ahí directo a mi casa
En el transcurso del camino no podía alejar el pensamiento de que llegaría y Farlan estaría partido a la mitad mientras esa cosa lo devoraba gustoso. Abrí la puerta y para mí alivio ambos estaban en el suelo con unas hojas y un lápiz.
—¿Qué están haciendo? —la duda me invadía— te dije que te quedaras arriba
—el pobre se iba a aburrir solito, le puse algo de tu ropa pero al parecer le queda grande —tomó una de las hojas del suelo— mira, aprende rápido
La hoja tenía escrito Levi de una forma bastante chueca como si un niño fuera el responsable de escribirlo.
—tsk. La idea es que hable no que escriba, hay demasiada posibilidad de que no sepa tantas letras para comunicarse con nosotros
—¡ve el lado bueno! —sonrío— no puede ser tan malo después de todo además tu eres un hombre con mucho tiempo libre puedes enseñarle mas cosas
—¿tiempo libre? por si no lo sabes tengo una boda por planear —me quejé— tu eres el de tiempo libre aquí
—yo me encargo de pescar tu solo me acompañas, Petra y su madre pueden planear la boda ellas juntas sin problema, son cosas de mujeres que al final van a terminar por aburrirte, jaque mate eres un hombre libre así que mientras yo esté por ahí cumpliendo con mi ajetreado día tu puedes encargarte de enseñarle mas cosas al chico pez
Lo miré molesto, ese estúpido siempre pensaba que podía salirse con la suya pero para mi mala suerte de alguna u otra forma siempre lo conseguía, Farlan era la única persona en el maldito mundo al que podía detestar pero a la vez tenerle afecto.
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