۞ ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 1

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ADVERTENCIA:
Este fanfic incluye contenido adulto, temas sensibles y descripción gráfica de violencia. Comportamientos posesivos y obsesivos, además de escenas sexuales explícitas, manipulación, mención de deseos suicidas, codependencia y transtornos psicológicos

Si no te gusta leer este tipo de cosas por favor no leas.

Todo lo narrado es con el mero fin de entretenimiento, no se pretende ofender a nadie.

Los personajes pertenecen al mundo de Harry Potter. (Lo que claramente no es mio)

Disfruten.


ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 1

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Hermione Granger tenía los pies y manos atados a cadenas unidas a un muro de piedra, el olor a humedad y sangre estaba en el ambiente y ella solo podía pensar en vomitar. Llevaba dos meses como prisionera, dos meses en los que habían usado la maldición cruciatus en ella casi todos los días a tal punto de quedar inconciente. Sus nervios estaban tan tensos que hasta la menor brisa de aire la hacía temblar de dolor. Sus dedos se movían involuntariamente y su corazón no dejaba de latir a velocidad impresionante.


El primer mes había sido el peor, usaron tanto el crucio contra ella que temia por su propia salud mental. De vez en cuando la golpeaban, eso era por mera diversión de los bastardos. Podía sentir el hierro entre sus dientes por la sangre que había derramado, era simplemente asqueroso.

Estaba usando la misma ropa que usó el día que la capturaron, no podía verse a un espejo, pero estaba casi segura que se veía horriblemente sucia.

Durante la guerra siempre había tenido problemas para comer, lo que la hacía estar en cierto estado de desnutrición, pero la horrible condición en la que estaba la hizo perder peso en cantidades astronómicas, seguro lucía como un cadáver.

Su compañera de celda estaba en las mismas condiciones, pero su ropa tenía mucha más sangre que la de Hermione, o quizás se notaba más por el color, era imposible saberlo.

Ambas estaban tan agotadas de la tortura, tan hambrientas y sucias que dolía verse una a la otra. Cuando Hermione había preguntado por el nombre de la chica, ella solo pudo contestar en un susurro "Anna"
No podían hablar entre si, cada que lo intentaban un mortifago llegaba a callarlas de una manera nada bonita. A menudo se escuchaban gritos a lo lejos, probablemente estaban torturando a alguien en algún lado del castillo.

Hermione se había cansado de tratar de escapar, lo había intentado todo, pero las cadenas no cedían ni con magia sin varita. Había llorado en silencio todas las noches, aún albergaba la esperanza de que Harry y Ron llegaran a salvarla, solo habían pasado dos semanas...

Pero poco a poco se apagaba más, los mortifagos no tenían razón para torturarla como lo hacían, ni siquiera la estaban interrogando. Eran mortifagos de bajo rango y solo las usaban para entrenar sus maldiciones en ellas.

Malditos.

Hermione jamás había sido una persona que supiera mucho sobre ser mala, no sabía como serlo, pero mientras veía la sonrisa de los desgraciados mortifagos solo podía imaginarse mil formas de hacerlos sufrir.

Pero solo imaginarlo.

Estaba atada.

Indefensa.

Y asustada.

Su coraje Gryffindor le impedía aceptar que tenía miedo, pero era cierto.

Una noche uno de los mortifagos se llevó a Anna, jamás las dejaban salir, así que solo pudo imaginarse lo peor. Anna seguramente iba a ser ejecutada.

Pero estaba equivocada. Cinco o seis horas después el cuerpo inconsciente de Anna fue regresado a la celda, seguía viva, de otro modo no la habrían vuelto a atar con cadenas.

—¿Qué le hicieron?—preguntó Hermione con voz rota.

El mortifago s­­­­e giró y estampó su rodilla en la cara de Hermione. La dejó inconciente por horas.

Al despertar, Anna estaba conciente.

—¿Estás bien?—preguntó la joven. Hermione se alarmó en cuanto la escuchó hablar —tranquila, podemos hablar. Escuché que se fueron a rondar el castillo
—inmediatamente se relajó.

—¿Cómo estás tu? Te fuiste por un tiempo.

—Creo... creo que voy a morir, Hermione— dijo Anna con una nota triste.

—¿Por qué, qué te...

—Me usaron para probar un ritual de magia, por lo que escuché... han estado probando en tanta gente y ellos siempre se mueren. Es magia muy oscura—una lágrima cayó por la mejilla sucia de Anna.

—¿Qué ritual?

—No se. Me durmieron mientras lo hacían, pero... Hermione. Me siento diferente, se que me hicieron algo, creo que pusieron una especie de magia oscura dentro de mi.

—¿Dentro?

Ambas dejaron de hablar cuando escucharon pasos. Después de esa vez, no estuvieron solas jamás. Los mortifagos mantenían a Anna muy vigilada, en efecto le habían hecho algo.
Con el pasar de los días, Anna solo se veía peor, enferma. Pero no por hambre o tortura, sus ojos tenían una oscuridad que asustaba. Por las noches Hermione podía jurar que veía luces en la piel e iris de Anna, como si la magia estuviera tratando de salir del fondo.

Una semana después, Anna murió.

Los mortifagos no estaban sorprendidos, pero se veían muy irritados. Estaban experimentando con algo que no les estaba saliendo bien, y para eso estaban los prisioneros. Y si no salía de ahí pronto ella terminaría tan muerta como los demás.

Perdió la cuenta de cuantas veces más la torturaron por puro entrenamiento, ya estaba muy débil como para siquiera notar la cara de quien sea que la maldecia.

Maldito.

El dolor de cabeza no la dejaba dormir, estaba tremendamente deshidratada y llorar solo hacia las cosas peor. No podía dormir sin soñar con Harry, Ron, Ginny, Bill, cualquiera de sus amigos.

Era un mundo de mierda.

Cuando Dumbledore murió, la guerra se desató. La Orden del Fénix se levantó en contra del reinado maldito de Voldemort y su ejercito de mortifagos. Pero el señor oscuro ya estaba muy por encima de todos, tenía el ministerio, Hogwarts, todo el mundo magico bajo sus ordenes. Ya habían pasado 3 años del inicio de la guerra y la resistencia hacia todo lo que podía, pero nunca era suficiente.

Los horrocruxes habían sido destruidos en su mayoria, pero aún faltaba uno, nadie sabía cual era. Hermione, Ron y Harry eran miembros de la orden y su misión principal era buscar pistas del último horrocrux, siempre estaban moviendose.

En uno de los ataques de la orden en que Hermione también había participado, los mortifagos soltaron una especie del bomba que durmió a todos aquellos que no llevaban mascara. Cuando Hermione despertó, se encontró atada a cadenas en una celda.
Luchó sin cesar, trato de liberarse, de verdad que lo intentó, pero era imposible.
A veces lloraba por el miedo de pensar que todos sus amigos estaban muertos o prisioneros, pero no podía ser. A veces escuchaba susurros de como la resistencia seguía atacando, eso la mantenía con esperanza.

Abrió los ojos con pesadez, parecía ser de madrugada, podía ver desde lejos en una ventana de la celda que estaba al frente de la suya. Alguien tiró de ella para ponerla de pie.

—Buenas noticias, sangre sucia—dijo un hombre al que al duras penas veía como un borrón —vamos a llevarte a una...prisión mas apropiada. La puta de Potter debería estar en diferentes condiciones ¿no te parece?—Hermione se estremeció ante la idea de ser llevada a un lugar peor, pero no había nada que pudiera hacer, ni quisera podía luchar en tales condiciones.

—Stupefy—dijo el hombre y ella quedó inconciente.

Control |DRACO MALFOY|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora