۞ ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 44

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Por un microsegundo sintió que sus preocupaciones se desvanecían. Por un momento ella lo vio a los ojos y estos brillaron. No había odio ahí, no era así como la había visto la última vez.

Pero todo se esfumó y la realidad lo golpeó. De su rostro desapareció el anhelo y la miró sin ninguna sola emoción.

Hermione no podía moverse, si lo hacía se iba a desmayar, estaba segura.

Dos chicas entraron detras de él, ambas se detuvieron al ver la escena. Hermione no tenía ojos para nadie más, no le interesaba nada más, Draco estaba ahí, estaba vivo.

—Hola, señora Malfoy— saludó alguien.

—Buen día.

Draco parpadeo y finalmente fijó sus ojos en su madre.

—Serena, Astoria ¿Por qué no van a la sala de control a asegurarse que todo está en orden?— dijo Narcissa.

Hermione solo escuchó a las dos mujeres retirarse, pero nunca las volteó a ver.

—Draco, Granger ha...

—¿Dónde está?— interrumpió él. Su voz, la había soñado todas las noches, por fín la estaba escuchando —Me han comunicado que él está aquí ¿dónde está?

—Eh, él está descansando en la habitación de invitados, Lissa recién lo revisó ¡Draco!— para cuando Narcissa había terminado de hablar, Draco ya estaba saliendo de la cocina en dirección a la habitación donde estaba Theo —Está descansando, debes dejarlo dormir.

La castaña sentía sus piernas demasiado sueltas, se aferraba con sus pocas fuerzas a la silla frente a ella para no caer, su estomago se sentía hecho un lío y su cabeza daba vueltas.

¿Qué esperaba? ¿Una gran bienvenida de parte de él? No, tal como lo había pensado, él la odiaba, tanto que ni siquiera pudo estar en la misma habitación que ella por dos minutos.

Sus pulmones quemaban, solo entonces notó que no estaba respirando. Sus rodillas se doblaron y de inmediato se dejó caer al suelo inconciente.

                                   ....

Despertó en una camilla de hospital, usando solamente ropa interior. Frente a ella Lissa se paseaba con pociones y frascos de un lado a otro. Hermione trató de sentarse y entonces la joven bruja se giró hacia ella.

—No te muevas tan rápido, puedes marearte— con su mano le extendió un par de pantalones de deporte y una sudadera, todo negro —Lamento mucho haberte desvestido mientras estabas inconsciente, Malfoy te trajo aquí después de que colapsaras y mi deber era asegurarme que estuvieses bien. Prometo que todo fue meramente medico, jamás quise entrometerme.

Entonces Hermione miró sus propias piernas, lastimadas con los cortes que ella misma se había provocado. Sintio sus mejillas arder de la vergüenza.

—Afortunadamente todo está orden, bueno, casi todo. Si el siguiente mes llevas la dieta correcta podrás recuperar un poco de peso. Ya me encargué de hacer una lista de lo que deberías comer para acelerar el proceso. Y... las heridas de tus piernas, no hay infección, solo sigue cuidando de la que aún está algo fresca, supongo que la has estado cuidando, ha sanado bastante rápido.

No, ella no había hecho nada.

Mientras la escuchaba, la castaña se vestía con la ropa que le había dado, o al menos trataba de hacerlo. Estaba aún muy mareada. Y pensar que Draco había sido quien la había llevado ahí... le dieron unas tremendas ganas de llorar.

—¿Quieres que te acompañe al comedor para que así puedas comer algo?

—No hace falta. No me quedaré aquí de todas formas— la ropa parecía tener alguna especie de magia de calefacción que la hacía estar calentita —¿Puedes decirle a Narcissa que tuve que irme, por favor?— no podía decirle en persona, mucho menos podía arriesgarse a encontrarse con Draco.

Control |DRACO MALFOY|Where stories live. Discover now