Madre de mis 4 Hermanos ©

Capítulo 18

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Durante todo el camino a casa Matías temblaba en mis brazos y eso me tenía muy preocupada, Christian comprendió mi mirada triste y tomo a Matías de mis brazos y le hablo.

—Campeón hoy fuiste un niño muy valiente, ya estas a salvo con nosotros sabes que eres mi prioridad y jamás dejaría que algo te pasara.

Matías se veía completamente abrumado por las palabras de su padre, con una hermosa sonrisa y los ojos cristalinos le abrazo.

La escena era tan íntima y perfecta que no quería intervenir por más de que ya hayamos llegado a casa, mi pequeño bebe estuvo esperando por tener ese tipo de relación con su padre que espero y Christian sepa valorar esos preciosos momentos porque jamás volverán una vez crezcan.

Lo mismo aplica para mí con Nath y Samuel que desearía encogerlos y que siempre fueran mis pequeños hermanitos.

De estar tan sumergida en mis pensamientos que no note la mirada de Matías y Christian puestas en mi a lo que reaccione note los preciosos ojitos de mi bebé y enseguida lo tome en mis brazos y el gustoso me abrazo.

Sí definitivamente estos momentos no los cambiaria por nada madre.

—Mami quiero que duermas conmigo hoy, puedes. —Pregunta Matías lo más bajo posible, como si fuera un secreto que nadie debería saber.

Nunca podría negarles nada a mis niños entonces como buena madre que soy se me ocurrió que lo mejor sería dormir todos en el cuarto de Matías hace dos semanas que las cosas han marchado bien y Christian mando a poner dos camas más en la habitación espaciosa de Matías y se convirtió en la de Nath y Samuel, él estuvo muy de acuerdo no le gustaba dormir solo en su habitación y más ahora que se la pasan jugando todos juntos sin descanso a veces me toca obligarlos a dormir pues todos los juegos que tiene Matías era algo nuevo para mis hermanitos y ellos encantados, por un momento me pregunte si era mejor que algunas familias los adoptaran y les dieran los que yo no puedo, pero soy egoísta y no quiero que se vayan de mi lado por lo poco que puedo brindarles.

Lía y Barbara son una historia parecida, las dos duermen juntas en la habitación continua a las de los chicos y es un cuarto soñado, castillos de juegos, barbies y más cosas cortesía de Gabriela y la madre de Christian están emocionadas con las niñas pues creían que ya las escasas chicas en la familia serian ellas dos, yo me siento muy feliz con ello, me alegra ver que amen a mis niños y aun exista gente de corazón noble que no solo por tener dinero menosprecien a los demás, todos somos iguales en el mundo.

Christian tomo mi mano, que ahora que me fijo lo hizo todo el día, con el susto de Matías no me fije en nada mas, pero justo ahora me siento feliz y quiero hacerles mimos toda la noche a mis preciosos niños.

Avanzamos por el extenso frente de la mansión en la que ahora vivo, y me sorprendió la velocidad en la que la puerta se abrió de ella salieron los padres de Christian, Gabriela y Leonardo con Mateo y la mejor parte mis bebes corriendo a abrazarme, la mejor sensación sentía que podría llorar a mares en ese momento, sentía que pertenecía por primera vez a una familia, con mama ni mi padre me sentí tan feliz y quiero que mis hermanos sientan esta calidad, de pertenecer a algo y que vivir es bonito por más de que algunos comentarios hieran, siempre habrá algo por lo cual no rendirse.

Sentí una mirada de amor que me derritió el corazón Christian nos miraba con tanta ternura que mi corazón dio un vuelco, nunca me enamore de nadie puesto que no sentía la necesidad, pero ahora se siente correcto que temo el día de mañana ya no sea igual.