Madre de mis 4 Hermanos ©

Capítulo 19

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FIORELA

Desperté con la vista más espectacular que a mi corta edad haya visto, el perfecto señor Grey, digo Evans dormía plácidamente en mi cama como todo un bebé, como este hombre puede verse como un calienta hormonas y mientras este dormido como un completo y tierno bebe, lo que hace la dualidad.

Aparte un momento mi mirada de ese pecado y la dirigí a mis pequeñines, se veían tan adorables, Lía dormitaba en mi pecho se sentía tan cálido tenerla cerca de mí, un sentimiento indescriptible me invadió y a mis recuerdos llego la cara de esa mujer nuevamente, ese rostro que no he visto pero que me hacía sentir débil.

Esa mujer aparece de vez en cuando en mis recuerdos, con una sonrisa hermosa y luego aparece mi madre también sonriéndome como solo ella puede hacerlo diciéndome lo fuerte que debo ser cuando mis sentimientos me traicionen.

Nunca supe a que se refería, no recuerdo el rostro de la otra mujer en mi niñez, pero justo así con Lía me recuerda ese rostro borroso diciéndome que me ama.

No quería seguir divagando en mis pensamientos debía preparar a los niños, pero como podría si de solo verlos así de pacíficos me hacía querer estar en la cama todos juntos por siempre.

Sentí que alguien se removió a mi lado y era Samuel, mi precioso niño, le sonreí cuando su vista enfoco en mí, le hice señas y se acurruco más a mi lado.

—Ayer cantaste muy lindo con papá, sabes que me gusta mucho dormir escuchando tu voz mami.

Y como si de un balde de agua fría se tratase recordé mi momento de ayer con Christian, mi cara ardió en rojo, ahora como lo miro a la cara si descubrió que me gustaba cantar, además de eso se sabe mi canción favorita y la canto conmigo.

Vale debo tranquilizarme no puedo entrar en crisis tan temprano en la mañana, haré como si nada hubiese pasado, Fiorela eres poder absolutamente nada paso no me puedo avergonzar por cantar frente a un dios griego claro que no.

Entonces con mucho pesar me resigné a terminar el hermoso despertar, pero debía levantar a Christian, tenía junta a partir de las 8 y faltaba una hora para eso, no quería hacerlo enojar ni mucho menos perder mi nuevo trabajo como asistente personal.

Tome a Lía en brazos mientras hacia el esfuerzo de despertar la con besos para yo poder levantarme, ella sonreía en medio de sueños con su naricita arrugándose y luego el lindo puchero afirmando mi cometido, abriendo sus hermosos ojos azules me recibió y le di un besote en su frentecita para que me ayudara a levantar a sus hermanos.

Y dicho y hecho empezó por Nath haciéndole cosquillas en la nariz, y de una Nath no le quedo de otra que abrir los ojos y quejarse.

—¡No quiero levantarme, un ratito más ten piedad!

No pude evitar soltar una carcajada, justo yo era así con mi madre, pero ella no me tenía piedad pues debía ir a la escuela si quería trabajar y ser alguien importante.

—Arriba pequeño dormilón que el que se levanta temprano tiene doble porción de waffles.

Y como si fuera el mejor premio, Samuel y Nath respondieron a coro.

—Ya estamos despiertos madre.

Me fije en ellos y solo faltaban por despertar a Babby, Matías y Christian.

Quería saber cómo se sentía Matías luego de todo lo ocurrido ayer, no quería asustarlo entonces me acerque a donde se encontraba el al lado de Babby quien abrazaba muy fuertemente el brazo de Christian, parece que ella se encariño mucho con él. Espero y sea para bien no quiero que lloren por el si algo se sale de control.