Madre de mis 4 Hermanos ©

Capítulo 20

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FIORELA

Luego de esa para nada incómoda situación y subida de hormonas por mi parte, bajamos a desayunar todos juntos, Christian bajo perfecto como siempre con su traje negro que se ajustaba a su perfectos bíceps, por dios Fiorela apenas es de mañana, con su corbata en la mano, apenas nos localizó en la mesa sonrió como nunca, este hombre pretende matarme.

—Buenos días, pequeños. —Saludo esperando una respuesta enseguida y debo decir que muy eufórica.

—Fiorela me puedes ayudar un poco con esto. —Interrumpió mis pensamientos con un rostro divertido, sabe que estar cerca de él me pone nerviosa.

—Está bien yo te ayudo. —Me levante y me acerque a él tomando de su mano la corbata celeste que traía haciendo contacto con su palma que hizo ponerme más nerviosa de lo que estaba, al levantar la mirada la atracción a sus labios no me permitió pensar con claridad, quería besarlo, entonces el ruido de unas risitas nos sacó de nuestra burbuja.

—¡¡Papá y mamá se iba a besar, se besarán como Anna y Kristoff!! —Exclamo Bárbara, lo que hizo mi cara arder, le estábamos dando un show a los niños y lo único que hacía Christian era reír de mi cara, tomé las puntas de la corbata lo más rápido posible e hice el nudo y me fui a sentar, bajo la atenta mirada de Christian y la risa de mis pequeños.

—Niños menos risas y a desayunar que llegaremos tarde a la escuela, y tu Christian la Reunión te espera.

—Está bien bonita, gracias por ayudarme.

Le sonreí y todos desayunamos en un silencio muy cómodo, al terminar mandé a los niños a lavarse los dientes e ir por sus mochilas, en lo que Cristian contestaba una llamada que lo tenía con el ceño fruncido y me hizo preocupar.

—Ocurre algo. —Pregunto esperando una contestación de su parte, pero en cambio tomo mi mano cosa que no me incómodo para nada, solo me tomo desprevenida.

—No ocurrió nada Preciosa, solo que me acabo de llamar Leonardo, y la Reunión se adelantó. —No podía creerlo Christian me va a odiar se supone que le tendría que avisar de esos percances, Dios no quiero irme de esta casa.

—Lo siento mucho, yo sé que debería estar más pendiente, perdiste una junta por mi culpa, yo lo siento no volverá a pasar. —Desde cuando me volví tan nerviosa, a si desde que me enteré que me pueden quitar a los niños.

Christian interrumpió mis pensamientos tomando mi rostro.

—Tranquila bonita, no paso nada grabe, la junta en si se canceló, Leonardo que estaba en la empresa temprano los atendió y quedamos en realizarla esta noche, nos invitaron a una gala para hablar de negocios y Leonardo me acaba de avisar.

Asiento en respuesta más tranquila, no sé qué hubiera pasado si Christian terminaba enojado.

—En compensación tú me acompañaras esta noche, te necesito conmigo preciosa así que vendré a recogerte a las seis.

Y enseguida se levantó dejándome con la palabra en a boca sin poder negarme, los pequeños llegaron con nosotros y tomaron mi mano para ir a la escuela, cuando reaccione ya estábamos en el auto. Definitivamente este hombre sabe cómo salirse con la suya.

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Después de dejar los niños en la escuela, seguimos en el auto con Christian y Matías que teníamos cita con el psicólogo para saber si lo sucedido no me produjo algún trauma a mi bebé, entonces para no volver a casa Christian dijo que podíamos quedarnos en la empresa, cosa que m encanto pues no conocía las empresas Evans y ahora que lo veo con mis propios ojos, debo decir que me enamore de un magnate, esto si quiera es posible, solo ocurre en novelas.